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Columna destacada | Partido Nacional | Cecilia Cairo | Álvaro Delgado

Memoria selectiva

Algunos personajes del Partido Nacional dan vergüenza ajena

Durante el episodio que llevó a la salida de Cecilia Cairo del Ministerio de Vivienda, algunos personajes del Partido Nacional tendrían que haber guardado silencio, porque, para hablar de ética, hay que practicarla.

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Ya vamos a ocuparnos de tres de esos elementos del Partido Nacional; pero primero lo primero. Por más cariño que le tengamos a Cecilia Cairo, de ninguna manera podemos justificar que, tras ser designada ministra, mantuviera su omisión de regularizar su situación. Aunque nos doliera, su situación era indefendible.

Podemos decir mil cosas buenas de su trayectoria y de cómo dio el alma para ayudar a los demás; pero no nos pidan una justificación ciega, porque si se hubiera tratado de una ministra multicolor, la verdad es que todavía la estaríamos cocinando a fuego lento.

¿Cuándo aprenderemos que a nosotros no nos van a perdonar ni la milésima parte de lo que se perdonó a la derecha? ¡No nos podemos regalar! ¿Se resolvió con rapidez? Sí, ¡72 horas! Sin embargo, hubiera sido mucho mejor si se hubiera procedido con más celeridad, porque cada minuto que pasaba dañaba más al Frente Amplio. Aún así, Yamandú hizo lo que debía hacer. Lo que no hizo fue decir “la miré a los ojos y le creí” ni “conmigo duerman sin frazada”.

La exigencia de renuncia al cargo no vino por la amenaza multicolor de una interpelación ni por las críticas de la derecha, sino por el clamor ensordecedor de la mismísima militancia frenteamplista. Miles de mensajes daban cuenta en las redes sociales de las virtudes de Cecilia Cairo, pero también de que su renuncia, si bien dolorosa, era necesaria y urgente. El Frente Amplio no es un partido de caudillos intocables. La militancia no quiere un FA donde las directivas vengan solo y siempre de arriba hacia abajo, sino que también vayan de abajo hacia arriba. Aclarado esto, ocupémonos de los buitres.

¿Qué dijeron Álvaro Delgado, Luis Alberto Heber y Valeria Ripoll durante ese episodio?

ÁLVARO DELGADO

En su cuenta de la red X, el primero escribió: “¡Ya está! Es inadmisible que la ministra de Vivienda se mantenga en el puesto después de haber evadido durante más de 20 años los impuestos de su vivienda. Las dificultades que haya afrontado no la eximen de responsabilidad, sobre todo cuando nunca dejó de pagar los aportes al Frente Amplio y al MPP. El presidente Orsi debería removerla. No pedimos anuncios, se trata de gobernar”.

Aquí sí cabe cuestionar al mensajero más que al mensaje, porque resulta patético y descarado que quien lo afirma sea alguien que, justamente, “durante más de 20 años” usufructuó de manera irregular un campo del Instituto Nacional de Colonización. Delgado formó parte del grupo de “colonos vip” junto a los intendentes Enrique Antía (Maldonado), Pablo Caram (Artigas) y Fernando Echeverría (Flores).

Paralelamente, Álvaro Delgado tendría que recordar que su líder, Luis Lacalle Pou, pagaba contribución inmobiliaria por terreno baldío pese a vivir en el barrio privado La Tahona, en Canelones, en una zona cercana a Ciudad de la Costa. Esto saltó cuando en 2012 la Intendencia canaria regularizó las contribuciones en los barrios privados. Hacía muchos años que aquella zona rural había sido urbanizada, pero sus habitantes no se habían dado cuenta.

También debería recordar que la directora de la Jutep, Ana Ferraris, manifestó que Delgado había violado normas éticas al permitir el ingreso de ciudadanos rusos en plena pandemia, dos de los cuales terminaron siendo investigados por la Justicia como cómplices de Alejandro Astesiano.

LUIS ALBERTO HEBER

“La ministro Cairo compromete a su fuerza política. Increíble es ver justificaciones sin sentido que dan vergüenza ajena ¿No es consciente de lo que le hace a su gobierno? Orsi no va hacer nada, xq es eso, LA NADA. No es un ‘ERROR’. Ella debe renunciar por vergüenza, sino todo es MENTIRA”.

Esto fue lo publicado el 17 de abril en X por quien fuera ministro de Transporte y Obras Públicas y luego del Interior durante el gobierno de Luis Lacalle Pou. Heber y Guillermo Maciel cayeron en los primeros días de noviembre de 2023, envueltos en el escándalo del pasaporte otorgado al narcotraficante Sebastián Marset, escándalo que también se llevó puesto a Francisco Bustillo. El canciller debió “renunciar” tras la difusión de audios en los que pedía a la exsubsecretaria de Relaciones Exteriores que “perdiera” su celular para no revelar conversaciones con Maciel, las cuales comprometían al Gobierno.

Todos ellos le mintieron al Parlamento diciendo que no sabían quién era Marset.

VALERIA RIPOLL

“Estoy convencida de que ella utilizó su poder político para que esto no se supiera”. La grave acusación contra Cecilia Cairo la lanzó la excandidata presidencial del Partido Nacional en el programa “Arriba Gente”, del Canal 10. No presentó prueba alguna que diera consistencia a su veneno; pero de lo que sí hay prueba (concretamente un video) es de que Valeria Ripoll “utilizó su poder político para” ir con cuatro policías a altas horas de la noche a presionar a una anciana de 86 años en el marco de un conflicto privado de ésta con la hermana de la candidata.

“Te podemos hacer salir cuando queramos porque tenemos poder”, habría dicho la rubia, lo que le valió una denuncia penal en el pasado mes de agosto. Su marido cortó la luz del corredor, amparado en la sumisa presencia policial, y amenazó con cortar el agua al día siguiente.

Surrealismo político

¿Realmente tenemos que soportar que estas personas (y otras peores como Sebastián Da Silva, Javier García y Graciela Bianchi) pretendan darnos clases de ética? ¿Realmente alguna vez los blancos se identificaron con el rótulo “defensores de las leyes”?

Luis Alberto Heber y Luis Lacalle Pou (entre otros dirigentes blancos) defendieron a Gustavo Penadés, y de defender a un degenerado no se vuelve; pero las máximas figuras del Partido Nacional también están defendiendo al entobillado Guillermo Besozzi, que en lugar de renunciar sigue siendo candidato a intendente de Soriano, mientras decenas de sus allegados ya han sido imputados o condenados. De igual manera, Carlos Albisu, que cayó por todos los abusos cometidos en la CTMSG (metiendo a dedo a una legión de dirigentes de Álvaro Delgado), es, pese a todo, candidato a intendente de Salto.

En Artigas, donde el exintendente Pablo Caram y la exdiputada Valentina Dos Santos fueron condenados, ahora tenemos que ella figura en listas del Partido Nacional y, casi con seguridad, la colocarán como directora general de la Intendencia si ganan los blancos en mayo.

Nada de qué asombrarse; esta historia de “te echamos pero no te vayas” ya la vimos con el pícaro intendente de Colonia, Carlos Moreira. Y ahora tenemos el caso de María del Luján Sánchez, exconcejal del Partido Nacional en Florencio Sánchez que se postula a alcaldesa por el mismo partido pese a haber sido condenada en 2021 por corrupción. ¡Y no es todo! La lista 3-H, que postula a esta mujer, lleva como imagen (aunque su nombre no figura en la lista) la foto de su padre, Alfredo Sánchez, el “hombre de las mil gauchadas”, exalcalde también condenado por corrupción.

Incluso, hace muy poco tiempo Jorge Gandini pidió a su partido que se aceptara nuevamente al exalcalde Juan Andrés Oronoz, condenado en Soriano en marzo de 2021 por ciberacoso contra un menor de edad. Es más, el Partido Nacional lleva de candidato a alcalde de Punta del Este a Rolando Rozenblum, quien, junto con su padre, Isidoro Rozenblum, fueron condenados en Brasil en 2006 por el delito de corrupción activa y ¡se fugó! Y como candidato a intendente de Maldonado llevan al empresario inmobiliario Rodrigo Blás, denunciado por la DGI en 2014 al considerar que el empresario nacionalista incurrió en un delito de defraudación tributaria, mediante la subescrituración de terrenos en un fraccionamiento, pactando en las escrituras un precio inferior al que cobraban. No tengo nada contra él en lo personal, porque al final pagó una multa millonaria; pero tampoco vengan a hacerse los que siempre han tenido todo en regla.

Y otro que abre la boca para cuestionar a Cecilia es el senador Javier García, el cual lleva como candidato para la Intendencia de Canelones a Sebastián Andújar, quien en 2015, siendo diputado, tuvo que pedir perdón por haber falsificado firmas de sus compañeros de partido y librar cheques sin fondo.

¿Y qué decir de Roberto Lafluf, que está siendo investigado por la Justicia por haber reconocido en un audio que destruyó un documento público que incriminaba al gobierno blanco? ¡Todavía lo tienen allí! No se han desprendido de ninguno, salvo del pendejo de Alejandro Astesiano.

Y ya que nos ponemos tan quisquillosos con el tema de declaraciones de bienes, pagos de impuestos y formalidades (que está muy bien), recordemos que Juan Sartori dejó el Senado sin haber presentado jamás a la Junta de Transparencia y Ética Pública una declaración jurada sobre los bienes de su esposa.

¡Por supuesto que Cecilia Cairo debió renunciar! Se durmió, la pifió, le erró feo, expuso al gobierno… lo que quieran; pero tratar de comparar su irregularidad con la larga lista de violaciones a la ética y la ley de los dirigentes blancos es atentar contra la inteligencia.

Heber: ustedes sí dan vergüenza ajena.

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