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Columna destacada | Salle | atención del público | Contra todo y contra todos

entre la provocación y el análisis profundo

Gustavo Salle: Luces y sombras, razón y delirio

La crítica de Salle no está exenta de fundamentos, pero muchas veces cae en interpretaciones conspirativas excesivas y contraproducentes.

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Salle sabe cómo capturar la atención del público.

Con un estilo que oscila entre la provocación y el análisis profundo, suele adueñarse de cualquier escenario en el que participe, logrando captar la atención de una audiencia variopinta que valora tanto su desenfado como su estilo directo y sin filtros.

Contendiente formidable en cualquier intercambio, su don de palabra, sumado a una personalidad extrovertida, hace que sus seguidores lo vean como alguien “auténtico”, en quien pueden confiar. En un panorama político donde la desconfianza y el escepticismo hacia los políticos tradicionales son comunes, Salle logra posicionarse como un “outsider” que dice lo que otros no se atreven. No obstante, esta misma característica puede llevarlo a defender ideas que, para muchos, rayan en la paranoia, especialmente en lo que respecta a teorías de complot.

Gran comunicador, su verborragia explosiva y tendencia a explicar todo bajo el prisma de una teoría de conspiración global pueden cautivar y al mismo tiempo desconcertar, alimentando tanto el respaldo de seguidores incondicionales como las críticas de sus detractores.

Por ejemplo, sus críticas a la Agenda 2030 y la cumbre de Davos, aunque llenas de suspicacias, han puesto en el tapete cuestiones que ahora preocupan a un sector importante de la población uruguaya. Sin embargo, al analizar sus discursos más allá de la retórica, es evidente que las interpretaciones de Salle sobre la Agenda 2030 y Davos suelen divergir de lo que realmente estos documentos y eventos proponen.

La Agenda 2030, promovida por las Naciones Unidas, incluye objetivos como erradicar la pobreza, reducir las desigualdades, y promover la sostenibilidad. Salle, en cambio, ha interpretado la agenda como un intento de manipulación global para restringir las libertades de las personas, particularmente en lo que refiere a políticas ambientales y sociales. En cuanto a Davos, mientras Salle sostiene que es una reunión de las élites para diseñar el control global, la cumbre en realidad se presenta como un foro para discutir temas críticos como la economía global, la sostenibilidad y los derechos humanos. El Foro Económico Mundial es un espacio de encuentro entre líderes mundiales y empresas globales, donde se discuten políticas económicas y sociales que pueden ser criticables por otros motivos, como su inclinación hacia el neoliberalismo. Sin embargo, la cumbre no es una “sala secreta de control mundial”, como la describe Salle. Si bien estos foros pueden tener una influencia en las políticas de muchos países, de ahí a afirmar que tienen control total sobre los destinos de la humanidad hay un salto que Salle adopta sin titubear.

La crítica de Salle no está exenta de fundamentos, pero muchas veces cae en interpretaciones conspirativas excesivas y contraproducentes. Sin embargo, no todas sus acusaciones son descabelladas. Cuando afirma que el Banco Mundial es una agencia militar, no lanza una bomba que pueda descalificarse de buenas a primeras, sino que le sobran motivos para sostenerlo. Cuando habla de la oligarquía y el poder que ejercen unas pocas familias contra las mayorías populares, no podemos menos que coincidir. Cuando denuncia la presión que ejercen sobre los países las calificadoras de riesgo, que obran como meras herramientas de las grandes potencias para expandir su área de influencia, tiene toda la razón del mundo.

Quien, por algunas de sus excentricidades, califique como erróneo todo lo que diga, estará cometiendo un grave error; pero con Salle no hay más remedio que tomarse el trabajo de separar la paja del trigo. Lo que hay que tener en claro es que varias veces se le va la moto…

Contra todo y contra todos

Acusar al Pit-Cnt de haber traicionado a quienes apoyamos la reforma constitucional es infame. En una entrevista con Ricardo Pose sostuvo que la central sindical “traicionó y trabajó a media máquina o menos”. “¿Y sabés por qué no había interés? Porque aquí vino Standard & Poor’s y dijo: La elección es un trámite, gane éste o gane éste, no importa, la macroeconomía no se modifica”.

Es un delirio. En primer lugar, Salle no hizo nada para reunir las firmas que habilitarían el plebiscito, mientras que el Pit-Cnt se rompió el alma para alcanzar las necesarias. Él se subió al colectivo luego de que el trabajo más duro estaba hecho. En segundo lugar, lo de Standard & Poor’s no admite el menor análisis. El Pit-Cnt no necesita demostrar que no se arrodilla ante el poder transnacional; la historia habla a su favor.

Uno de los problemas de Gustavo Salle Lorier es que acusa a todos los seres humanos de ser corruptos y sólo él y los integrantes de su partido son inmaculados.

El Pit-Cnt realizó una hazaña admirable, además de haber sido el redactor y promotor de la iniciativa popular. No es justo enlodarlo gratuitamente y a la ligera. Paradójicamente, tanto el Pit-Cnt como el Frente Amplio saben que podrán contar con sus votos en la Cámara de Diputados cuando esté en juego una iniciativa legislativa que beneficie a trabajadores, jubilados y pensionistas. Por eso hay que aprender a lidiar con él. Si se pudo obtener en más de una oportunidad el apoyo de Cabildo Abierto, más fácil será contar con Identidad Soberana.

El accidente de ómnibus y la controversia de las vacunas

Uno de los episodios más recientes que ilustra el estilo de Salle y el de sus seguidores ocurrió cuando su hija (diputada electa) publicó en X un comentario sobre el accidente del ómnibus de la línea 121, insinuando que la causa estaba relacionada con las vacunas contra el covid-19. Este tipo de afirmaciones delirantes, sin respaldo científico y cargadas de especulación, son una constante en el discurso de Salle y sus círculos cercanos. Este tipo de comentarios son recibidos con escepticismo y generan divisiones entre quienes se alinean con la postura antivacunas y quienes rechazan los discursos alarmistas sin base empírica.

El chiste del mes: Gandini y la ironía de la democracia

Uno de los episodios que más risas y comentarios generó en la reciente campaña fue la amenaza del senador Jorge Gandini, quien proclamó que si Salle resultaba electo, lo expulsarían del Parlamento aplicando el mecanismo previsto en el artículo 115 de la Constitución por incapacidad mental. Sin embargo, el giro irónico de los acontecimientos hizo que fuera Gandini quien terminó fuera de juego, expulsado, no por el Parlamento sino por el voto popular, mientras que Salle obtuvo dos bancas en la Cámara de Representantes, quedándose a un paso de entrar también al Senado.

La segunda vuelta y los votantes de Identidad Soberana

Una incógnita cuya dilucidación puede ser definitoria el 24 de noviembre es qué harán los votantes de Salle en el balotaje. Aunque él ha dejado en claro que sus posturas están lejos de las de los partidos tradicionales, y votará en blanco o anulado, esto no necesariamente garantiza que sus votantes lo sigan en esa decisión.

Seguramente, un porcentaje importante de su electorado (65.790 votantes) podría decidir apoyar a alguno de los candidatos en la segunda vuelta, buscando el “mal menor” o un acercamiento a sus propios intereses.

Orsi tiene un desafío considerable si quiere conquistar a estos votantes. Aunque los simpatizantes de Salle rechazan fuertemente tanto al partido oficialista como al Frente Amplio, también es cierto que muchos ven en Orsi una figura más moderada y posiblemente más abierta a escuchar. El intendente de Canelones debería apelar a temas de interés compartido, como la defensa de la soberanía nacional, la justicia social, la ecología y una economía menos dependiente de los organismos internacionales. Una campaña de cercanía con estos electores podría convencer a un número significativo de seguidores de Salle de que Orsi representa una opción menos alejada de sus ideales.

No será con un discurso neutro o plagado de generalidades que logrará tal objetivo, sino con propuestas claras, concretas, audaces y movilizadoras.

El futuro de Identidad Soberana sin Salle

Identidad Soberana, partido construido en torno a la figura de Salle, enfrenta un dilema existencial en el mediano y largo plazo. La fortaleza del movimiento radica, indudablemente, en el liderazgo de Salle, quien ha logrado consolidar una identidad política fuerte y una base de seguidores fieles. Sin embargo, ¿qué sucederá el día que Salle ya no esté en el escenario político?

La falta de figuras emergentes dentro del partido podría ser su mayor debilidad. Si Identidad Soberana no encuentra líderes alternativos que continúen su legado, es probable que el partido se diluya en el tiempo o se vea obligado a fusionarse con otros movimientos afines.

¿A quién le sacó votos Salle en las últimas elecciones?

La irrupción de Salle en la política uruguaya ha cambiado el panorama electoral de manera significativa. Identidad Soberana no solo ha captado a quienes tradicionalmente desconfían de los partidos tradicionales, sino también a aquellos que, si bien podrían haberse identificado con la izquierda en algún momento, sienten que los actuales representantes no reflejan sus inquietudes. De esta forma, el ascenso de Salle ha debilitado principalmente al Frente Amplio, quitándole una fracción de electorado disidente, y al Partido Nacional, atrayendo a votantes desencantados con el Gobierno. No obstante, el impacto también se ha sentido en sectores más pequeños de otros partidos, que han visto cómo Salle ha captado a un segmento de electores interesados en un discurso alternativo y crítico del statu quo.

No tenemos modo de saber qué porcentaje de la ciudadanía es adicta a las teorías del complot; pero lo indiscutible es que, sea cual sea la cifra, es la pecera donde Salle tiene el monopolio de la pesca.

El preciado target de los desencantados

Gustavo Salle es, sin duda, una figura que ha logrado captar la atención y los votos de un electorado desencantado con las promesas incumplidas de la política tradicional.

Su estilo irreverente y sus opiniones polémicas pueden resultar atractivas para quienes buscan una voz disidente y una oposición fuerte. Sin embargo, la misma intensidad que le ha ganado seguidores puede ser un obstáculo para su consolidación como una alternativa seria y viable en el largo plazo. De hecho, el abogado puede ser muy buen alarmista, apasionado panelista y hábil declarante; pero no podemos decir que sea serio. Con esto no criticamos su sentido del humor; por el contrario, es una de las facetas que nos agrada más; pero a la hora de lanzar acusaciones a diestra y siniestra, siendo abogado, debería tener más cordura en sus expresiones y no en caer en la calumnia, difamación e injurias. Ninguna de sus 35 denuncias en los juzgados ha tenido éxito, debido a la falta de pruebas y sustento jurídico.

La llegada de Salle al Parlamento y la influencia que pueda tener en la segunda vuelta presidencial pondrán a prueba su capacidad de liderazgo y la cohesión de su partido. El futuro de Identidad Soberana, y del propio Salle, dependerá de su habilidad para mantener la fidelidad de sus seguidores mientras gana la confianza de nuevos sectores del electorado.

Será el tiempo quien determine si este movimiento es una moda pasajera (como lo fue el casi extinto Cabildo Abierto) o una fuerza con potencial para incidir de manera significativa en la política uruguaya.

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