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Columna destacada | Delgado | Orsi | debate

Golpe a golpe

Las mentiras de Álvaro Delgado

Durante el debate con Yamandú Orsi, el candidato derechista Álvaro Delgado largó varios bolazos e incoherencias que me dejaron con las manos en la cabeza.

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Antes del encuentro Delgado ya había expresado que un debate de candidatos presidenciales no debería ser un show, sino un “espacio para contrastar ideas, propuestas y estilos de liderazgo”. Afirmó que su propósito era presentar soluciones concretas a los desafíos del país, en referencia a temas que abarcarían desde seguridad y economía hasta desarrollo humano y educación. Con palabras similares comenzó su parte en el evento.

El debate no tenía por qué ser una confrontación. Acto seguido, sacó el cuchillo y no dejó en ningún momento de intentar apuñalar a Orsi.

Mientras Yamandú intentaba enfocarse en sus propuestas sin salirse del libreto, Delgado atacó permanentemente al Frente Amplio, mencionándolo en 28 ocasiones. Al inicio del evento, el candidato conservador dijo que aquello era una especie de entrevista de trabajo y ellos eran meros postulantes a un cargo. No estuvo mal; pero es raro que alguien se presente a una entrevista de trabajo y se dedique a hablar mal de los demás aspirantes.

En varias ocasiones habló en contra de la ideología. Vaya… y yo que pensé que el neoliberalismo que tanto adoran los blancos era una de ellas. El batllismo, el cristianismo y hasta el artiguismo son ideologías. Las hay buenas y malas; pero condenarlas per se no tiene sentido.

No faltó el tema Venezuela, claro. Resulta patético que quienes se abrazan con tiranos de varios puntos del planeta nos pretendan dar clases de democracia. Luis Lacalle Pou no invitó a presidentes de izquierda a su asunción; pero mostró todo su cholulismo al recibir en su propia casa a los reyes de España, regalar una yegua al emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani (que llegó al poder el 25 de junio de 2013 cuando su padre Hamad bin Jalifa Al Thani abdicó en su favor) y firmar una declaración con el rey de Marruecos Hassan VI, que llegó al trono en 1999 tras el fallecimiento de su padre, Hassan II. Ninguno de ellos ha sido legitimado por las urnas; pero para los blancos, si son derechistas o tienen dinero, ya no es relevante.

En uno de los ataques, Delgado expresó: “Ojalá el Frente Amplio cambie el chip de la confrontación a la cooperación; ahí nos vamos a poner de acuerdo. Yo estoy dispuesto. Ojalá ellos cambien el chip”. Esto lo dijo quien pasó todo el programa buscando confrontación.

Delgado se presentó con una corbata verde claro idéntica a la que Luis Lacalle Pou usó en un debate con Daniel Martínez en 2019. ¿Cábala o deseo de asimilarse a su líder? Pues, considerando que también usó un par de frases de aquel, parece lo segundo. Delgado afirmó que quería “hacerse cargo” (una de las grandes promesas de campaña incumplidas por el actual mandatario) y prometió no subir los impuestos, otra de las cosas que su líder prometió con especial énfasis e incumplió.

Esa rubia debilidad

Buscando ir más allá y atacar a José Mujica, Delgado dijo: “A Valeria Ripoll la elegí yo, no me la eligieron y tampoco es un repuesto”. La frase tenía su origen en las declaraciones del Pepe sobre por qué habían pensado en Blanca Rodríguez para el caso de que Carolina Cosse no aceptara la candidatura a la vicepresidencia.

No hacía falta que el candidato blanco aclarara que fue una decisión totalmente personal e inconsulta. Si recordamos la gritería e insultos que se levantaron en sus propias filas cuando proclamó a la virulenta panelista como compañera de fórmula, está claro que él y sólo él la quería a su lado. De hecho, los blancos no la quisieron ni de diputada, ya que como candidata por la lista 22 del Partido Nacional para ese cargo obtuvo poco más de 5.000 votos.

A propósito de Ripoll, otra incoherencia paralela al debate (tanto de ella como del resto del Partido Nacional) fue la apelación al voto de quienes viven fuera del país, especialmente en Argentina. Es bochornoso que quienes siempre se opusieron al voto consular, negando su derecho a los que han debido emigrar, ahora se arrastren suplicando su apoyo. Más desesperados no pueden mostrarse.

Una herencia envidiable

Una de las mentiras de Álvaro Delgado estuvo referida a la situación en que recibieron el país, “a punto de perder el grado inversor”. La verdad es que Uruguay perdió el grado inversor en 2002 con la derecha (blancos y colorados cogobernando) y se recuperó en 2012 con el FA. Pero, además, Tabaré le dejó al actual presidente una situación “envidiable”, tal lo reconocido en un informe del Fondo Monetario Internacional. En 2004 exportábamos a 60 naciones; en 2019 a 165. En 2004 exportábamos 4000 millones de dólares; en 2019, 16.000 millones. En marzo de 2005 Jorge Batlle le dejó a Tabaré 2.500 millones de dólares en reservas del Banco Central; en 2020, éste le dejó a Lacalle Pou casi 15.000 millones de dólares.

Hambre y miseria

En el colmo del desparpajo, Delgado habló sobre la pobreza infantil y los asentamientos, afirmando que “ahora hay menos niños caminando en el barro”. La verdad es que en marzo de 2005 Tabaré recibió un Uruguay con 60 % de pobreza infantil y, al finalizar su segundo mandato, lo entregó con 16,4 %. Lo grave es que, tras cuatro años de lacallismo, el porcentaje ascendió al 20 %.

Delgado criticó al Frente Amplio por la cantidad de personas que quedaron viviendo en asentamientos. Orsi dejó pasar la oportunidad de responderle que peor era dejar (como lo hará este gobierno) un récord histórico de gente, no viviendo en asentamientos, sino en la calle y comiendo en contenedores de basura.

Manipulando un informe de la FAO (que no expresa exactamente lo que él relató), Álvaro Delgado utilizó cifras que, aunque muestran un descenso en la inseguridad alimentaria grave, no pueden ser comparadas directamente con valores anteriores debido a la diferencia en las metodologías de medición. Delgado afirmó que la inseguridad alimentaria grave bajó del 7,8 % al 1,9 %, pero este último dato proviene del Tercer Informe Nacional de Prevalencia de Inseguridad Alimentaria en Hogares, basado en un módulo de la Encuesta Continua de Hogares que aplica la Escala de Experiencia de Inseguridad Alimentaria (FIES). Previamente, hasta 2021 el Gobierno uruguayo no medía esta escala conforme a estándares de la FAO, lo que hace que comparar cifras previas a 2022 sea incorrecto.

Nutricionistas y expertos han señalado inconsistencias en la interpretación y comunicación de datos recientes por parte de autoridades oficiales. Si bien se observa una mejora en la situación de inseguridad alimentaria, la afirmación de Delgado carece de base metodológica sólida al no considerar las diferencias en la recolección de datos y las medidas utilizadas. Por otra parte, los resultados de los informes de prevalencia presentados establecen que la inseguridad alimentaria grave y moderada afectaba al 14,6 % en 2023 y al 13,7 % en 2024.

En las cloacas

El nivel más bajo lo alcanzó cuando aseguró que la reforma de la seguridad social “que hizo este Gobierno es la que hubiera apoyado Astori”.

Hacer mención a Danilo, que ya no está para desmentirlo, fue un golpe rastrero y deleznable. Quien sí está con vida para defenderlo es su hija Florencia, la que expresó en X: No, Delgado, Astori no hubiera apoyado la reforma de la Seguridad Social tal como está. Más respeto por favor para afirmar algo que alguien que ya no está “hubiera hecho”.

La hija del exministro de Economía añadió una serie de notas donde Astori, que bregaba por una reforma jubilatoria, expresaba su desacuerdo con ésta en particular. Florencia agregó: “Te dejo algunas de las tantas veces en las que Astori dio elementos contundentes sobre su mirada en torno a la reforma de la seguridad social. Decir que la apoyó es una enorme falta de respeto del candidato, y configura una actitud maquiavélica ¿El fin justifica los medios? Se ve que el señor cree que sí”.

Inseguridad

Delgado puso como un logro del Gobierno la compra de dos patrullas transoceánicas (OPV) para la vigilancia de nuestro espacio marítimo. Más que una mentira que nos hizo abrir la boca y los ojos a más no poder, creo que fue un furcio, porque no creo que pueda ser tan descarado.

Lo cierto es que Cardama, un astillero español, ha tenido múltiples problemas para concretar la entrega, ni siquiera tenía el dinero para depositar como garantía de cumplimiento, figura negativamente en dos clearings europeos, jamás construyó naves de esta clase y éstas, por su tamaño, no entran en su varadero.

Un papelón similar al de los aviones Hércules comprados también en España.

Delgado acusó al Frente Amplio de estar en contra de la Policía y resaltó el apoyo que sí le dio el actual Gobierno. La verdad es que nunca los policías vieron tan mejorados sus salarios, tecnología, equipos y armamentos como con los gobiernos del Frente Amplio. Fueron esos gobiernos los que establecieron la sana costumbre de nombrar como jefes de Policía a oficiales de carrera, dejando atrás la costumbre de blancos y colorados de ponerles encima a políticos fracasados y militares prepotentes, pasando por encima a sus trayectorias profesionales. Lo único que han hecho los blancos por los policías es endulzarles el oído. En eso sí son buenos.

Mostrando gráficas difíciles de ver, el candidato derechista habló de la baja de delitos. ¿Las rapiñas bajaron? Sí; pero no porque los asaltantes dejaran de cometer crímenes, sino porque se han volcado al narcotráfico, que les resulta más redituable. Lo que hay es un cambio de modalidad.

¿Los homicidios bajaron? No. Lo que hizo este Gobierno, para que los números le resultaran positivos, fue aumentar el promedio anual de muertes calificadas como dudosas. En 2019 fueron 95 y en 2020, mágicamente, fueron 190; y desde entonces no paran de crecer. Dos altos jerarcas policiales fueron denunciados (uno condenado) en Durazno y Maldonado por maquillar las cifras de delitos y desestimular denuncias. Aun así, la Fiscalía maneja cifras muy superiores a las del Ministerio del Interior. Con todo, este Gobierno tiene récord histórico de homicidios y suicidios en las cárceles.

Además, los policías dejaron de tomar denuncias con las tablets en los lugares donde, por ejemplo, había víctimas de un robo. Esto, obvio, bajó la cantidad de denuncias.

Lo único creíble es que bajaron los abigeatos. Todo lo demás es puro humo y todo el Uruguay lo sabe.

Delgado habló de rehabilitación. Genial. No podemos hablar de combatir la criminalidad sin hablar de rehabilitación. La pregunta es por qué su gobierno no hizo nada al respecto en estos años y por qué deberíamos creer que sí lo harán en caso de ganar las elecciones. Entre sus socios políticos está el exfiscal y senador electo Gustavo Zubía, quien afirma que el Estado no tiene obligación alguna de rehabilitar, que las “mujeres de 12 años” disfrutan tener sexo con adultos y que una mujer no corre riesgo de vida mientras es violada.

El colmo del desparpajo

Álvaro Delgado habló de las becas del Plan Butiá, pero no habló de cuando el actual Gobierno recortó 10.000 becas del programa Uruguay Estudia y bajó al resto de 8.000 a 4.000 pesos.

Con gran esfuerzo llegué hasta el final del debate creyendo que había superado lo peor; pero el último pelotazo de Álvaro Delgado me dejó dando vueltas en el piso como un trompo: “Nunca usamos la pandemia como excusa”.

Ta’… me rindo. El desmentido de semejante aseveración es una tarea que se la dejo a las murgas para el próximo carnaval.

Los blancos llegaron al poder mintiendo (edad jubilatoria, impuestos, tarifas), se han mantenido mintiendo (maquillando cifras de delitos y mintiendo al Senado y a la Justicia) y pretenden ganar nuevamente mintiendo.

En los spots de campaña, el delfín de Lacalle Pou se muestra como un hombre sereno, humilde, bondadoso, afable y dispuesto al diálogo; pero en el debate mostró su verdadera cara, la cara de la soberbia e hipocresía.

Éste es el mismo que le echó el cuerpo encima a una periodista (molesto por sus preguntas sobre una tabacalera) y le dijo: “No provoques al pedo… Te mandan, ¿eh?”.

Es el mismo que en 2018 tuvo que devolver un predio del Instituto Nacional de Colonización que usufructuaba de manera irregular.

Es el mismo que durante la pandemia dejó entrar a ciudadanos rusos por motivos hasta ahora nada claros.

Quien le crea y lo vote, que se haga responsable de su irresponsabilidad.

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