¿Sabías que la mayoría de los jubilados por las AFAPs gana menos de 5.000 pesos por mes mientras que el gerente de una AFAP gana 800.000?
¿Sabías que el Frente Amplio aumentó las pasividades en 300 % y ahora te dijeron que si aumentaban un 20 % por causa de la reforma se fundiría el país?
¿Te asesoraste bien o sólo miraste y escuchaste a los medios hegemónicos de desinformación?
Al no votar, con tu omisión, le diste un dedo para arriba a la reforma de Luis Lacalle Pou, quien luego de prometer que no tocaría la edad jubilatoria la aumentó en cinco años; pero no solo te harán trabajar más, también te pagarán menos.
¿Estás de acuerdo con que este gobierno gaste 100 millones de dólares en comprar seis aviones de guerra Tucano y otros 100 millones en dos patrullas transoceánicas mientras el 14,6 por ciento de los hogares pasa hambre?
¿Te gustó ver al presidente jugando a la guerra como un adolescente, disparando un cañón, y al ministro del Interior mostrando nuevas armas mientras tenemos al 20 % de nuestros gurises sumergidos en la pobreza?
¿Qué tienes en la cabeza?
Si las grandes potencias están tan interesadas en combatir al narcotráfico… ¡Genial! ¡Vamos Arriba! Que nos regalen todos los aviones y barcos que quieran. ¡Ellos tienen miles! Pero ¿prepararnos para la guerra con uruguayas y uruguayos de todas las edades pasando hambre? Luis Lacalle Pou continúa gastando en armas mientras tenemos récord histórico de personas viviendo en la calle. Y ya basta de esa cursilería de decir “personas en situación de calle”, “personas privadas de libertad” o “personas en situación de contexto crítico”. Basta de lirismos lingüísticos. ¡Aquí hay gente pasando hambre mientras Luis Lacalle Pou juega a ser presidente!
Hace poco, un fascista me escribió en la red X diciendo que si bajamos el presupuesto de defensa más vale que nos entreguemos de una a China. ¡Qué enfermo! ¿A quién se le ocurre que hay que condenar con penurias a nuestros niños y abuelos porque hay que prepararnos para una guerra con China o con EEUU? El día en que tengamos un conflicto bélico con alguna de esas potencias nos aplastan como a un pinche mosquito.
Uruguay decidió y triunfó la cultura del egoísmo. Fue una lucha muy desigual, tanto desde el punto de vista del poder político como económico y mediático. Fue el enfrentamiento de David contra Goliat; pero el gigante filisteo no solo tenía una espada, una lanza y una jabalina. También tenía la honda.
Por esto, quiero agradecer con el corazón en la mano a quienes lo dieron todo por nuestros padres, madres, abuelos y abuelas, hasta el último segundo. Quiero agradecer a Karina Sosa, a Sergio Sommaruga, a Marcelo Abdala, a Nathalie Barbé, a Óscar Andrade y a todos aquellos que lo dieron todo por todos, aunque algunos no comprendieron nada.
Como sea, nadie nos dijo nunca que el camino de la revolución estaría alfombrado con pétalos de rosas, sino con espinas.
No logramos nuestro objetivo… por ahora.
Por ahora.
La próxima batalla
De nada sirve llorar sobre la leche derramada, como decía Dale Carnegie.
Esta batalla la perdimos; pero no perdimos la guerra. El próximo desafío es el balotaje, donde todas las fuerzas reaccionarias se unirán para derrotar al Frente Amplio. Si los derechistas encabezados por Álvaro Delgado llegan a ganar, tendrán vía libre para continuar profundizando su modelo hambreador y privatizador. Venderán hasta el pasto de la República, aumentará la corrupción porque se sentirán impunes, aumentarán los contratos secretos, la Jutep y el TCR continuarán a los gritos en el desierto sin poder impedir ningún abuso, los gobernantes serán cada vez más ricos y vos cada vez más pobre.
Debemos sanar las heridas que nos dejó el fracaso del intento reformista y cerrar filas contra el lacallismo.
En las elecciones nacionales de octubre de 2019, el Frente Amplio, con Daniel Martínez como candidato a la presidencia, obtuvo 39 % de los votos. Esta cifra no fue suficiente para ganar en primera vuelta, por lo que se realizó un balotaje el 24 de noviembre, en el cual Daniel Martínez fue derrotado por Luis Lacalle Pou, quien obtuvo el 50.79 % de los votos frente al 49.21 % de Martínez.
Ahora, el Frente Amplio, con Yamandú Orsi, va al balotaje con una base del 44 %. Sobran motivos para ser optimistas. Además, resulta aleccionador lo que recordó el director de Factum, Eduardo Bottinelli, en radio Sarandí: “Siempre que el candidato del FA fue a segunda vuelta, votó mejor que el FA en la primera. Y siempre que un candidato fue apoyado por más de un partido, votó menos que la suma de esos partidos en octubre: Batlle (1999), Lacalle Herrera (2009), Lacalle Pou (2014 y 2019)”.
Es vital convencer a las más de 30.000 personas que votaron a favor de la papeleta blanca, sin votar a ningún partido, que reconsideren su decisión, ya que todos sabemos que la inmensa mayoría de ellas son frenteamplistas que quisieron dar un tirón de orejas a sus dirigentes. Y aunque no podamos demostrarlo, es casi seguro que la mayoría de quienes votaron en blanco tuvieron la misma intención; pero tratándose de la segunda vuelta, donde el daño será irreversible si perdemos, actuarán responsablemente.
Ahora, ante el peligro de que la derecha continúe haciendo estragos en el país, se impone una profunda y serena reflexión. Solo con el Frente Amplio podremos mejorar las condiciones de jubilados, pensionistas y trabajadores.
A luchar, a dejar las tripas en la cancha para obtener la victoria y que luego el programa del Frente Amplio sea nuestra única Biblia.