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Derecho Humanos Madres y Familiares |

Con Elena Zaffaroni

Detenidos-desaparecidos: la punta del iceberg de una cultura institucional de impunidad

Para esta integrante de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos hay una cultura institucional de impunidad vigente desde 1985 hasta la fecha.

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La impunidad impera y reconociendo los esfuerzos y algunos avances bajo algunos gobiernos en la búsqueda y hallazgo de algunos cuerpos, es la sociedad civil la que abrumadoramente ha tomado la causa de Familiares y es la que se expresa en forma diversa y gana las calles los 20 de mayo.

Elena tiene 73 años y era o es (ya que la infamia cometida de la desaparición genera esa dificultad definir una situación que queda congelada en el tiempo) la esposa del militante del Partido Comunista Revolucionario Luis Eduardo González González más conocido como Chiqui, de quién al momento de sus detenciones, esperaba un hijo de cuatro meses, que terminaría naciendo en cautiverio, ya con Chiqui desaparecido.

La mirada de Elena es dulce y refleja su entereza, esa que le permite a pesar del enorme tiempo transcurrido persistir en la búsqueda de la verdad y la justicia. Una Elena que junto al resto de los integrantes de Madres y Familiares sienten “el abrazo” de muchísima gente de todas las edades, que se han puesto al hombro (o en el alma) su causa, ante un Estado que durante 37 años sigue sin asumir su responsabilidad.

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Si uno mira en perspectiva de aquel puñado de Madres y Familiares que en los años 80 se reunía todos los viernes en la plaza Libertad a estas Marchas del Silencio, algo cambió en la sociedad uruguaya, pero no parece ser así en su institucionalidad.

Para nosotros es espectacular lo que pasa y en sí es uno de los objetivos que no pasaba al principio; las madres buscaban a sus hijos, las esposas a sus compañeros, a sus hermanos y era como bien al inicio la desesperación por la vida de ellos [N. de R.: “Vivos los llevaron, vivos los queremos” es una de las consignas], y luego vino un manto de silencio de todos los años de la ley de caducidad que no solo fue impunidad jurídica sino que fue un planchazo general, una intención de aislar y cerrar el tema, lograr que no hubiera una condena social, entonces quedó un grupo de tres o cuatro madres reuniéndose porque cada una se fue de vuelta a seguir su camino porque fue difícil encontrarse, fue casi espontáneo cruzarse haciendo los trámites, y todo lo que se ha logrado ha sido por la adhesión paulatina de la gente y finalmente no la pudieron aislar y año a año pasa esto que muchas madres y familiares ya no lo pueden ver, vivir, pero la mayoría vieron venir este proceso. Hoy hay algunas madres activas de 94 años que se siguen reuniendo, otras que han dejado de venir a los plenarios pero entienden y sienten esta conciencia que va creciendo, esta adhesión a principios tan fundamentales es maravillosa.

Ahora, con respeto a la respuesta del Estado que es hacia donde apunta esta movilización -porque si no, quién más que el Estado es el que debe dar respuestas-, al corazón de esta lucha que es la entrega de los desaparecidos, la búsqueda de los archivos que contienen información, no de los papeles que nos están dando que no aportan mucho aunque es mejor que nada, pero los documentos que son el corazón de los operativos que son clasificados, nunca obtuvimos nada y tampoco el reconocimiento por parte del Estado; eso ha motivado esta lucha y reclamo pero no ha generado garantías en el camino de la verdad y la justicia y el cambio de las instituciones. ¿Para que las tenemos a las Fuerzas Armadas en un país de tres millones de habitantes?.

Me produjo mucha indignación y me parece una falta de respeto presentar en éste momento la ley creando “El día del soldado” y el mes del soldado, reconociendo la labor del servidor público que es, pero que no necesita armas para estar en las ollas, para estar en incendios o inundaciones, no precisamos toda esa cantidad de oficiales, de coroneles, de tenientes generales. ¿Para qué?

Pero ha habido casos en que se llegó a individualizar y condenar responsables

Pero no llegamos a la verdad, nadie ha respondido porque los eligieron para desaparecerlos, a entender cómo hicieron esa selección y quiénes dieron la orden, aunque tenemos todas las pistas de esos archivos de esos tribunales de honor. Pero no llegamos a la verdad, nadie ha respondido porque los eligieron para desaparecerlos, a entender cómo hicieron esa selección y quiénes dieron la orden, aunque tenemos todas las pistas de esos archivos de esos tribunales de honor.

¿Ustedes en este tiempo han recibido información precisa?

No, siempre hay alguien que llama diciendo que tiene información, que busca hablar con algún familiar, pero eso siempre se traslada a los equipos de búsqueda, a la secretaría (de derechos humanos de Presidencia) y ahora la Institución Nacional de Derechos Humanos (Inddhh).

Las cosas que también nos entrega el Ministerio de Defensa son documentos que pedimos, no hay una búsqueda activa, que solicitamos, de los archivos fundamentales que ya se llegó a entender cuáles son o en qué categoría están, que es esa de superclasificados a los que parece no tener acceso; nos entregan documentos que son tribunales de honor que ya vimos que traen información, que traen la confirmación de lo que decimos, que recibieron órdenes superiores, que fue toda una operativa institucional, que las desapariciones son en el marco del terrorismo de Estado, en detenciones masivas de la población pero también selectivas, y no sabemos por qué los seleccionaron a ellos, pero los seleccionaron los altos mandos que decidieron su desaparición. Y así como entregaron los planos de Miranda, no a nosotros sino al presidente Vázquez, la Fuerza Aérea el plano del lugar donde se encontró a Ubagesner, así como Gavazzo dice que Cristi dio la orden de desaparecer a Gomensoro, eso es lo que queremos, esos documentos, esa es la mochila que el ministro [Javier García] se quiere sacar poniendo el mes del soldado, pero esa mochila solo se saca con verdad y justicia.

¿Ustedes tienen la convicción de que esos documentos existen?

No solo la convicción que uno tiene mirando cómo fue la metodología que uno estando preso anotaban si uno rompió un vaso y eso quedaba en el parte del día y lo firmaban todos los coroneles y se guardaba, sino que ahora apareció el archivo Berruti, los del Fusna, en todo este tiempo se consiguieron una cantidad de estudios, cruzar datos, pero también periodistas que investigan y pueden pedir los documentos y toda esa documentación se refiere a archivos y los mencionan los archivos clasificados.

Se lo hemos planteado a todos los presidentes, incluido este [Luis Lacalle], y ninguno los ha conseguido y uno se excusa en que el anterior no los consiguió. ¿Por qué no se los entregaron los otros? Bueno, eso pregúnteselo usted, nosotros demandamos esto y seguiremos demandando. Dejó de ser un tema de los familiares solamente y se entiende que es un tema del presente, de la calidad de la democracia, que nos atañe y condiciona a todos.

Es insoslayable no tomar en cuenta el paso del tiempo y que la biología está marcando el fin a muchos de los responsables. ¿Si se llegara a la verdad, qué pasa cuando no se puedan adjudicar responsabilidades?

Esa justicia misma tampoco opera ahora aunque hay sentencias interesantes; la justicia tiene que ser sobre toda la operativa porque no fueron actos individuales, aunque hay perpetradores individuales. La detención, la tortura, la desaparición fue una política de un Estado dictatorial comandada por instituciones represivas donde siguieron los mismos exactamente igual hasta ahora, Manini ingresó en dictadura al ejército y los gobiernos han aceptado que esa institución cambió porque no está sucediendo ahora, pero es un poder inexpugnable.

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De cara a un nuevo 20 de mayo, Villa Española no se olvida de los detenidos desaparecidos y homenajea a Luisa Cuesta. Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS

De cara a un nuevo 20 de mayo, Villa Española no se olvida de los detenidos desaparecidos y homenajea a Luisa Cuesta. Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS

En el ejército hay un planteo de reformular su plan de estudios e incorporar temas del pasado reciente para los nuevos oficiales. ¿Ustedes han participado?

No nos invitaron, pero quizás hubiéramos participando si hay un diálogo donde aceptan lo que fue su actuación y están dispuestos a entregarnos qué fue lo que pasó con cada uno de los desaparecidos. Entendemos que tal vez no recuperemos los cuerpos de todos, pero los cuerpos están, estuvieron o se habrán ido por la cañada donde dicen que los arrojaron, pero la verdad está y la tienen, saben cómo conseguirla.

A mí me tocó ir al 6° de Caballería con la jueza de la causa con todos los que estuvimos presos en ese momento junto con el Chiqui, que quedó desaparecido en diciembre del 74, que es donde ahora está la cárcel de Domingo Arena, a reconocer el lugar, que no podíamos ni reconocer donde estaban los galpones, ni los patios ni la palmera donde me tuvieron toda una noche parada, y yo le decía la jueza: “Ellos están ahí, ellos estaban en ese cuartel” [los militares], pero para nosotros era imposible reconocer el lugar porque en tantos años hicieron tantos cambios, pero ellos están ahí y saben lo que pasó. Ferro (capitán del ejército) está ahí preso y fue el que desapareció a Tassino. El juez, el presidente, el comandante, tienen que ponerlo en el banquillo y hacer que diga lo que hizo y sus compañeros. ¿Dónde está el honor de ser compañeros?

Cabildo Abierto impulsa una serie de medidas que van desde el cuestionamiento a la gestión de los fiscales de delitos de lesa humanidad, el rol de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la prisión domiciliaria y la anulación de la ley interpretativa de la ley de caducidad. Como respuesta a estas medidas, ¿Familiares se ha planteado otras líneas de acción además de las marchas del 20 de mayo o acciones judiciales?

Nosotros estamos abiertos a todos los diálogos con un límite con los golpistas, no tenemos por qué hablar con ellos y si ellos tienen algo para dar, que se lo den al presidente, que nos representa a todos y eso es una postura básica como grupo, con la libertad de que cada uno haga lo que quiera porque la desesperación por la información y todo lo íntimo que esto conlleva siempre se respetó. Nos llama la atención un partido militar, Manini Ríos haciendo su carrera política desde la comandancia y se le avaló todo, la responsabilidad es de los tres poderes del Estado porque su colaboración fue cero en todo esto, de sus mentiras cuando dijo voy a dar un dato y sacó las máquinas que estaban trabajando alrededor de donde estaba Bleier y se fueron tras el dato de él, que era todo mentira y eso no tuvo consecuencias de los poderes del Estado. Los tenemos sentados en el Parlamento por una imprudencia de los gobernantes desde el 85 hasta la fecha, de confiar en la impunidad, de condenarnos a esa impunidad, de creer que iba a cambiar o a avanzar cuando es imposible sin verdad y justicia. Entonces este partido de la apología del golpe de Estado sentado en el Parlamento, cuestionando al Poder Judicial como queriendo la Justicia militar, con leyes inescrupulosas, volver a discutir cosas de principios que ya habíamos superado como sociedad, cuestionar a la Inddhh con todo el avance institucional que significó, en la defensa de los abusos de poder contra los más frágiles, de la impunidad del poder, de control sobre la actuación de otras instituciones, de abusos policiales.

El trabajo de búsqueda y excavaciones ha sido maravilloso, repasando datos, encontrando cuerpos en Argentina, Paraguay, de uruguayos, el rol del Fusna en la Operación Cóndor.

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Roque Faraone maneja el concepto de la “tutela militar”, de un poder militar al que el sistema político no se ha animado a terminar de colocar bajo la órbita del poder civil.

No se animó, no se hizo y qué enseñanza podemos sacar para otras generaciones, cuando esto se vuelva a repetir, para cuando vuelva a pasar porque esas garantías no se han afirmado y es algo que denunciamos desde el primer día. No se acaba una dictadura y al otro día se da vuelta la página y vuelven los políticos que estaban antes, los que echaron en la forma más ruin y luego de doce años que estuvieron ellos [los militares], aunque ya veníamos de antes con gobiernos autoritarios y pensar que todo podía seguir igual.

Los desaparecidos son la punta del iceberg de todo lo que sucedió, un crimen que cometen luego de haberlos matado. A ellos los desaparecieron, entonces no es un delito contra ellos, que ya los mataron, es un delito contra la sociedad y es un delito que se sigue cometiendo, entonces la gente que se suma a estas marchas, blancos, colorados, frentistas, anarcos, los que no creen en la política, de todas las generaciones, es porque esto es inconcebible. Los desaparecidos son la punta del iceberg de todo lo que sucedió, un crimen que cometen luego de haberlos matado. A ellos los desaparecieron, entonces no es un delito contra ellos, que ya los mataron, es un delito contra la sociedad y es un delito que se sigue cometiendo, entonces la gente que se suma a estas marchas, blancos, colorados, frentistas, anarcos, los que no creen en la política, de todas las generaciones, es porque esto es inconcebible.

Y esto lo sostienen los tres poderes del Estado porque no lo han investigado para resolverlo.

Se han hecho cosas pero por ahí nomás, la garantía es que la gente tome el tema porque hemos tenido un sistema político cobarde, que no quiero calificarlo pero todas las coaliciones partidarias han dicho que la desaparición es un tema inadmisible, que no se podía seguir con los ojos en la nuca, que es intolerable, que todos merecen sepultura, y estaba el respaldo de la gente por todo el país, y no se animaron porque ni siquiera fueron a incautar uno de estos archivos a los lugares donde seguramente estaban.

Queremos respuestas y que la sociedad no naturalice la impunidad, que en tantos años no es la única impunidad, que pase

Queremos respuestas y que la sociedad no naturalice la impunidad, que en tantos años no es la única impunidad, que pase que se denuncie un hecho y que no haya justicia pero no importa, denuncio pero que no se investigue no importa, los responsables de la Operación Océano que aceptaron un acuerdo, entonces no se va a fondo en la investigación del abuso de esa gente con poder, no podemos acostumbrarnos. La impunidad del Estado abrió la compuerta a vivir en una sociedad con la impunidad del poder y que rompe todo los lazos sociales. Hay que cambiar esto.

El aporte de recopilación de las causas del Observatorio Luz Ibarburu ha sido importante.

Muy importante, una iniciativa que ha permitido tener los datos que nosotros tenemos dispersos porque el nuestro es un colectivo muy disgregado, pero esa también es nuestra fortaleza como colectivo, porque somos Familiares, no tenemos representantes, todos somos voceros, todos tenemos legitimación ante los demás compañeros.

En la madrugada del 13 de diciembre de 1974 Elena fue detenida en su casa junto a su esposo Luis Eduardo Chiqui González y fueron llevados vendados y encapuchados al 6° de Caballería, donde ya había otros detenidos. Chiqui tenía 22 años, era obrero en una fábrica de plásticos y estudiante de medicina, militante del PCR, y Elena estaba embarazada de cuatro meses. El 24 de diciembre, en algún momento que juntaron a la pareja para efectuar interrogatorios, Elena pudo ver a Chiqui ya bastante deteriorado por las torturas recibidas, lo que desmiente la versión oficial dada por los militares de que González había logrado fugarse del cuartel. Fue la última vez que Elena lo vio; otros presos declaran haber visto por última vez a Chiqui el 25 de diciembre. Desde esa fecha se desconoce su paradero. Elena fue madre y estuvo presa en distintos centros de reclusión hasta 1976. En la madrugada del 13 de diciembre de 1974 Elena fue detenida en su casa junto a su esposo Luis Eduardo Chiqui González y fueron llevados vendados y encapuchados al 6° de Caballería, donde ya había otros detenidos. Chiqui tenía 22 años, era obrero en una fábrica de plásticos y estudiante de medicina, militante del PCR, y Elena estaba embarazada de cuatro meses. El 24 de diciembre, en algún momento que juntaron a la pareja para efectuar interrogatorios, Elena pudo ver a Chiqui ya bastante deteriorado por las torturas recibidas, lo que desmiente la versión oficial dada por los militares de que González había logrado fugarse del cuartel. Fue la última vez que Elena lo vio; otros presos declaran haber visto por última vez a Chiqui el 25 de diciembre. Desde esa fecha se desconoce su paradero. Elena fue madre y estuvo presa en distintos centros de reclusión hasta 1976.

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