La mejora en la confiabilidad, con menor volatilidad y margen de error en los indicadores mensuales, es un avance significativo que debe celebrarse. Sin embargo, el Instituto Cuesta Duarte también nos alerta sobre un aspecto crítico: los cambios en la metodología pueden generar problemas de comparabilidad de la información, lo que puede conducir a malinterpretaciones sobre la evolución del mercado laboral.
Como es señalado en el comunicado, la transición a una metodología de "panel rotativo" en lugar de una encuesta de "corte transversal" implica una alteración en la forma en que se recogen y analizan los datos. Esta modificación, realizada en julio de 2021, requiere un enfoque cuidadoso para garantizar que los análisis se basen en información que siga siendo comparable a lo largo del tiempo. Para abordar este desafío, desde el Instituto Cuesta Duarte se ha sugerido trabajar con la información que consideren metodológicamente más adecuada y fiable. Esto no solo resalta la necesidad de adaptarse a la nueva metodología, sino también de mantener una conexión con las series anteriores para facilitar la comparación y el análisis de tendencias.
Es esencial aclarar que el actual debate no surge de la validez o confiabilidad de los datos emanados del INE, sino de las interpretaciones políticas que pueden derivarse de su utilización. La preocupación principal es garantizar que los análisis sobre el mercado laboral sean basados en fundamentos técnicos sólidos, evitando caer en lecturas distorsionadas que puedan influir en las decisiones políticas y sociales.
Los cambios metodológicos son, sin duda, necesarios para adaptarse a la evolución de las dinámicas del mercado y para mejorar la precisión de las estadísticas. Sin embargo, cada transformación de este tipo también trae consigo la necesidad de realizar procesos de adaptación y transición que aseguren la continuidad en la calidad de la información. La búsqueda de alternativas que permitan mantener la comparabilidad de los datos es vital en este sentido.
La discusión en torno a la ECH nos recuerda que las estadísticas no son simplemente números, sino representaciones de la realidad económica y social que afectan a todos los ciudadanos. Por lo tanto, es crucial que todos los actores involucrados —gubernamentales, académicos, sindicatos y sociedad civil— colaboren en el análisis y la interpretación de estos datos, asegurando que las decisiones que se tomen a partir de ellos se fundamenten en un consenso técnico y en la realidad vivida por el conjunto de la población.
En conclusión, el debate sobre la metodología de la ECH es un llamado a la reflexión sobre cómo manejamos y entendemos la información estadística en un contexto en constante cambio. Un manejo responsable de los datos es fundamental para el desarrollo de políticas que busquen una mayor equidad y justicia social en Uruguay. Pero también es un llamado de reflexión para entender que nos quieren mostrar en la campaña electoral desde el oficialismo. Y esto claramente no es un cuestionamiento ni al INE, ni a los datos siempre y cuando se tenga claro que se esta presentando, que se esta midiendo, y que comparabilidad hay.