Aunque es muy importante que la Intendencia de Montevideo garantice las condiciones higiénicas de la ciudad, ello no puede alcanzarse sin la contribución decidida de la población y, naturalmente, si no se resuelven problemas sociales acuciantes como la cantidad ingente de personas que viven en la calle y recurren a los contenedores de residuos para obtener medios mínimos de subsistencia, produciéndose, en consecuencia, mugre por todos lados, que es el daño menor que se constituye por una situación de agravio a los derechos humanos de la población más vulnerable del país, los que no tienen ni siquiera una vivienda en la que pernoctar.
Para solucionar los problemas de limpieza, de competencia municipal, así como los problemas acuciantes de seguridad pública, de competencia nacional, no basta con políticas ambientales, de gestión de residuos en un caso, ni políticas de seguridad, policiales o penitenciarias, en la otra materia: para afrontar esos problemas es indispensable ir a las causas sociales, porque de otro modo se sigue acrecentando la población que participa de fenómenos que son tremendos para la convivencia en todos los planos, desde el sanitario a la seguridad. Y es por eso que no debe la izquierda caer en ningún tipo de voluntarismo de campaña o promesas facilongas, porque los problemas sociales que tenemos en Uruguay son ciertamente graves y va a requerir mucho esfuerzo avanzar a su solución. Ahora bien, si se alcanza una situación de reducción drástica de las personas en situación de calle y una caída significativa en los niveles de pobreza, desigualdad y condiciones de vida inaceptables, entonces rápidamente vamos a ver cómo mejoran muchísimos indicadores que afectan cotidianamente la vida de la gente: menos pobreza y menos desigualdad es menos suciedad en la ciudad, es menos violencia en la calle, es menos inseguridad pública y representa mejoras sensibles en la calidad de vida de la gente. De toda la gente, no sólo de los directamente afectados por sus condiciones de pobreza y abandono, también del resto. De los que muchas no quieren mirar para el costado y creen que todo se resuelve a garrotazos, como si la única variable con impacto fuera la disciplina y el disciplinamiento.