Además, recibimos un gran número de visitantes que no necesariamente cumplen con el perfil clásico del turista que se hospeda por varios días, sino que llegan por el día, para participar en fiestas o actividades culturales y nocturnas. Esto nos permite ofrecer una propuesta variada, bien distribuida geográficamente.
Por otro lado, creemos que Canelones cuenta con algunos de los grandes atractivos del país, lo que nos permite captar tanto al turista de paso como al que aprovecha nuestra cercanía con Montevideo. Aunque no contamos con grandes concentraciones hoteleras, tenemos opciones diversificadas como hoteles, cabañas, complejos turísticos y una amplia oferta de casas en alquiler. Esto permite a los visitantes elegir libremente el tipo de turismo que desean disfrutar.
¿Qué acciones desarrolla la Intendencia para fortalecer el turismo interno y extranjero?
En primer lugar, hemos trabajado en conjunto con la Asociación Turística de Canelones a través de una alianza público-privada que consideramos fundamental para el desarrollo del sector. El turismo en Canelones está compuesto en gran medida por micro y pequeños empresarios que están dispersos geográficamente, lo que dificulta el trabajo colectivo. Actividades como la hotelería, la gastronomía y el turismo rural son muy diversas entre sí, por lo que la Intendencia ha jugado un papel relevante en fortalecer esa cooperación y brindar apoyo a los operadores turísticos.
Ese apoyo ha sido técnico, económico y promocional. Hemos respaldado actividades propuestas por privados con aportes económicos y logísticos, buscando siempre potenciar la oferta del departamento.
Otro aspecto importante fue una iniciativa del exintendente Yamandú Orsi durante la pandemia. Se preocupó especialmente por la gente que pasó meses encerrada y por los artistas, que fueron de los más afectados en términos laborales. En respuesta, se impulsó la realización de espectáculos gratuitos en todo el departamento para incentivar la salida de la población, generar espacios de encuentro y, sobre todo, brindar oportunidades de trabajo a los artistas locales.
Gracias a este impulso, surgieron distintos proyectos y eventos. Por ejemplo, en primavera se celebra la Fiesta de la Chacra, un evento de gran magnitud que tiene lugar en un entorno rural. También se han desarrollado propuestas como Canelones Suena Bien, que reúne megaespectáculos durante el verano, consolidando aún más la oferta turística del departamento en pleno verano.
Ahí tenemos tanto la cantidad como la calidad del movimiento, porque podemos reunir a 70.000 personas en un partido de fútbol, pero esas personas salen del estadio y se van rápidamente. En este caso, con algunos de los espectáculos que hemos organizado, hemos visto la llegada de gente de otros departamentos e incluso de otros países, como Argentina. Sabemos, por ejemplo, que varios hoteles han recibido pasajeros que vinieron exclusivamente para asistir a estos eventos y luego regresaron a su lugar de origen. Esto demuestra que estas actividades generan movimiento y un gran impacto económico.
En cuanto al enoturismo, Canelones es un referente. ¿Cómo trabajan para potenciar esta oferta?
Precisamente uno de los proyectos más importantes que tenemos durante todo el año es el enoturismo, por lo que hemos venido participando en actividades promocionales en el extranjero. En este caso, las cifras se revierten, si bien el 80 % a 85 % de nuestros turistas son uruguayos, en el enoturismo sucede lo contrario, ya que aproximadamente el 70 % de los visitantes provienen del exterior.
Desde 2012, la Intendencia trabaja en el desarrollo de este sector y fomenta intercambios y eventos internacionales, así como congresos especializados para mejorar la oferta. Esto ha generado interés en otros países, como México, específicamente en la región de Aguascalientes, que busca desarrollar su propia industria enoturística. Por esa razón, nos han solicitado colaboración y hemos firmado convenios de capacitación e intercambio con ellos, al igual que con España. Actualmente, estamos apoyando a México enviando técnicos y estudiantes, además de promover el intercambio de experiencias con empresarios locales. México tiene una tradición vitivinícola importante, pero aún no ha desarrollado plenamente su potencial en enoturismo.
Estos esfuerzos se basan en tres pilares fundamentales, la alianza público-privada, la generación de eventos financiados por la Intendencia y el respaldo a los privados para la realización de actividades multitudinarias, además de la promoción en el exterior. Estamos vinculados a la red de Mercociudades y participamos activamente en redes internacionales en Chile, Paraguay, Brasil y Argentina. Asimismo, hemos acompañado a la Agencia Nacional de Promoción de Inversiones en misiones a distintos países con el objetivo de atraer inversiones turísticas a Uruguay.
¿Piensan trabajar en mejorar la infraestructura turística en el territorio?
Esa es una pregunta que será más relevante para las nuevas autoridades que se instalarán a nivel nacional y también para las que asumirán en Canelones a partir de julio. Lo que sí puedo decir es que, por supuesto, debemos mejorar la infraestructura turística. La infraestructura debe fortalecerse con mejoras en espacios públicos, rambla, plazas y lugares de interés, agregándoles valor. Tenemos íconos culturales y arquitectónicos.
En este sentido, la inversión en infraestructura debe provenir tanto del sector público como del privado. Sabemos que el actual Gobierno dejó pendiente el saneamiento de Atlántida, por ejemplo. Si queremos desarrollar centros turísticos con hoteles e inversiones privadas en infraestructura, el Estado debe modernizar y ampliar su aporte. El saneamiento es una necesidad urgente, sobre todo para atraer al visitante extranjero.
Debemos analizar con claridad por qué el turismo internacional en Canelones no ha crecido tanto como algunos esperan. En primer lugar, estamos muy orgullosos del turismo interno. Durante mucho tiempo, el turismo interno fue visto como una opción de menor categoría, pero la pandemia demostró que, a nivel mundial, este segmento fue clave para mitigar el impacto económico. Mientras otros destinos debieron adaptarse y repensar su estrategia para atraer a los turistas nacionales, Canelones ya estaba preparado.
Desde una perspectiva personal, no veo una necesidad urgente de enfocarnos exclusivamente en atraer turistas extranjeros. ¿Me gustaría que vinieran más? Por supuesto. Pero no debemos descuidar el turismo interno. Un ejemplo claro es el turismo de cruceros. Los cruceristas bajan del barco por un máximo de 8 o 10 horas, no pernoctan y su impacto económico es acotado. En nuestro caso, hemos mejorado la oferta para que los cruceristas visiten nuestras bodegas o realicen paseos cercanos, pero no podemos modificar toda la infraestructura únicamente para ajustarnos a este tipo de turistas.
Si hablamos de infraestructura para el turismo extranjero, hay que ser estratégicos. Por ejemplo, ¿qué necesitamos mejorar para que un europeo, un norteamericano o un asiático vivan una experiencia auténtica de turismo rural? Tal vez mejorar algunas carreteras, ampliar ciertos accesos o acondicionar espacios para recibir ómnibus. Pero, antes que nada, debemos enfocarnos en el turista extranjero más cercano. ¿Por qué? Porque pueden venir en auto, en familia, sin depender de líneas aéreas o transportistas específicos.
Si queremos atraer turistas brasileños, por ejemplo, no podemos competir con sus playas. En cambio, podemos ofrecerles nuestra cultura y tranquilidad. Brasil tiene grandes metrópolis, y cuando sus ciudadanos llegan a Uruguay, buscan un ambiente apacible. También les interesa el fútbol y la cultura afro, que tiene fuertes raíces en nuestro país.
Es importante hacer análisis más específicos y realistas. En nuestra gestión, hemos trabajado con este enfoque. Nos hemos vinculado con otros destinos como Rosario, Córdoba, Entre Ríos, São Paulo, Porto Alegre y Asunción, con el objetivo de fortalecer la conexión turística. La idea es consolidar el turismo interno y, al mismo tiempo, atraer a ese primer segmento de turistas extranjeros que están cerca.
Por otro lado, Canelones no podrá atraer turistas internacionales si Uruguay, como país, no los trae primero. Si Uruguay no recibe un flujo importante de turistas norteamericanos, Canelones no podrá hacerlo en solitario. Por eso, siempre hemos trabajado en conjunto con el Ministerio de Turismo y, en el caso del enoturismo, con el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INAVI), entendiendo que el crecimiento turístico debe ser una estrategia articulada.
¿Cuál sería su valoración acerca de la temporada actual?
Dijimos que esperábamos una temporada relativamente mejor que la del año pasado. Y utilizábamos el término “relativo” porque, dependiendo del operador turístico con el que hables, la evaluación puede ser distinta. Cada operador tiende a analizar la situación desde su propia perspectiva, en función de su negocio.
Por ejemplo, algunos operadores turísticos en Canelones, en la zona de la Costa, nos plantearon que trabajaron igual que el año pasado. Sin embargo, no siempre consideran que hay más comercios y, por lo tanto, más competencia. Es decir, si antes había 20 restaurantes en una zona y ahora hay 30, y la cantidad de público es la misma, el gasto se distribuye entre más establecimientos.
Entonces, según los datos preliminares que manejamos, la temporada fue relativamente buena. No obstante, los datos definitivos los obtendremos a partir de marzo, cuando podamos solicitar información a UTE, OSE, DGI y los peajes, lo que nos permitirá hacer un análisis más preciso.
De todas formas, hemos recibido comentarios de los operadores turísticos, algunos incluso expresados públicamente en distintos medios. En general, no se han quejado de la falta de turistas ni de la baja en las ventas, sino de otras problemáticas, como cuestiones de seguridad o la presencia de personas en situación de calle en ciertas zonas. Para algunos operadores, la imagen de personas durmiendo en la vía pública o pidiendo en terrazas de restaurantes genera una percepción negativa para los turistas.
Es un tema que debe abordarse con el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y otros organismos estatales, porque la situación de estas personas es lamentable y, a su vez, puede afectar la convivencia en espacios turísticos. Sin embargo, el hecho de que los operadores no se estén quejando por la falta de visitantes es un indicio de que la temporada fue buena.
Por supuesto, siempre hay margen para mejorar. Inicialmente, esperábamos una menor afluencia de turistas argentinos debido a la situación económica de su país. Sin embargo, al mismo tiempo, la devolución de impuestos en Brasil resultó ser un factor que restó visitantes a Uruguay. A veces, aunque trabajemos bien, la competencia entre países es determinante. Cuando pensamos que nos íbamos a recuperar con el turismo argentino, este beneficio en Brasil cambió un poco nuestros cálculos. Aun así, reitero, la temporada fue relativamente buena.