En los últimos meses hemos visto muchos videos de camiones haciendo viajes con cargamentos de tierra y basura hacia el humedal del Arroyo Maldonado. Para desentrañar este misterio, Caras y Caretas habló con el Lic. Pablo Rubens Faget, vocero de los vecinos del Arroyo Maldonado.
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El humedal del Arroyo Maldonado es un ecosistema clave para la depuración del agua y la biodiversidad en el departamento de Maldonado.
Sin embargo, desde hace años enfrenta amenazas debido a la acción humana. El origen del problema se remonta a 2013, cuando se construyó la planta de tratamiento de aguas servidas de El Jagüel y las antiguas piletas de oxidación fueron desactivadas. A partir de entonces, se estableció un plan de cierre que incluía rellenarlas con tierra para restaurar el humedal. Pero la falta de acción de las autoridades dejó el proceso inconcluso, permitiendo que el ecosistema se regenerara de forma natural.
Años después, en el marco de la relocalización del barrio Kennedy, la Intendencia de Maldonado decidió utilizar las piletas para depositar escombros y residuos provenientes de la demolición del barrio. Entre los desechos se encontraron electrodomésticos, colchones, chapas y otros materiales contaminantes. A esto se sumó el uso de arena y tierra extraídas del predio del antiguo hotel San Rafael, intensificando el impacto ambiental.
Además, la Intendencia anunció su intención de construir en el sitio una pista de picadas, proyecto que no contaba con la habilitación ambiental correspondiente. Esta iniciativa generó aún mayor rechazo en la comunidad, ya que se trataba de un área protegida de gran valor ecológico.
La situación generó indignación entre los vecinos y organizaciones ambientales, quienes denunciaron los hechos ante el Ministerio de Ambiente. Tras recibir más de 150 denuncias, el ministerio envió una inspección técnica que constató la gravedad del relleno, documentando con fotos y videos la destrucción del ecosistema. Sin embargo, el informe resultante minimizó el impacto, lo que generó aún más desconfianza en la población.
Mientras las autoridades miraban hacia otro lado, el humedal continuó su proceso natural de regeneración. En los últimos nueve años, la vegetación y la fauna volvieron a poblar las antiguas piletas, atrayendo aves migratorias, cangrejos y otras especies. No obstante, con el relleno de residuos en marcha, la vida que logró establecerse está siendo enterrada bajo escombros y basura.
Ante la inacción de las autoridades, los vecinos del Arroyo Maldonado han intensificado sus reclamos. Con la llegada del nuevo gobierno y el cambio de dirección en el Ministerio de Ambiente, esperan que la situación se revierta. En marzo, los vecinos presentaron nuevas denuncias y, ante la falta de respuestas, decidieron recurrir a la justicia para frenar la destrucción del humedal.
Para los vecinos el conflicto entre la comunidad y la Intendencia de Maldonado está lejos de resolverse. Mientras luchan por la conservación del humedal, las autoridades locales continúan con el relleno. La intimación judicial es el último recurso para intentar detener el avance de la destrucción y preservar un ecosistema vital para la región.