Lynch era considerado como uno de los grandes directores de la historia del cine norteamericano, con películas que exploraban extraños mundos oníricos (Mulholland Drive) y que han creado una escuela de fanáticos enamorados de su cine cargado se surrealismo y simbolismo.
Las perturbadoras obras de Lynch y sus eternos enigmas
Lynch irrumpió en la escena cinematográfica en 1977 con la película de humor negro "Eraserhead". "Su estilo extravagante e intransigente rápidamente se ganó la atención de Hollywood y del mundo del cine internacional", expresa la revista estadounidense Variety.
En 1981, su primer drama The Elephant Man recibió ocho nominaciones al Oscar, aunque el director estadounidense nunca apuntó al mainstream. Aun así, fue nominado por la Academia en otras tres ocasiones y recibió un Oscar honorario en 2020 por su trayectoria.
Tras un fracaso de taquilla en 1984 con su adaptación al cien de la novela de ciencia ficción de Frank Herbert “Dune”, Lynch se recuperó con dos películas que definieron su estilo: “Blue Velvet” (1986), un aterrador viaje infernal a través del lado psicosexual de un pequeño pueblo estadounidense, y la violenta y sexual road movie “Wild at Heart” (1990), premiada con la Palma de Oro del Festival de Cine de Cannes.
Su genialidad llegó a la TV estadonidense en 1990 de la mano de la revolucionaria serie Twin Peaks, que narraba una incansable investigación del misterioso asesinato de una chica de secundaria en un pueblo estadounidense. En sus obras cinematográficas, Lynch "abordó temas inquietantes y hasta entonces tabú e hizo de lo inexplicable un elemento fijo de la televisión narrativa moderna", comenta Variety.
Con “Lost Highway” (1997) y Mulholland Drive” (con la que ganóel premio al mejor director en Cannes en 2001) e “Inland Empire” (2006), Lynch hizo gala de un estilo de cien con tramas basadas en personalidades dobles, transformaciones inexplicables e impactantes actos de violencia.
Lynch se mostró siempre reticente a la hora de descifrar el significado de su obra para sus espectadores. En la recopilación de entrevistas publicadas en el libro “Lynch On Lynch” (2005), el cineasta estadounidense abordó el núcleo enigmático de su obra con el escritor Chris Rodley.
“Imagínate que encontraras un libro de acertijos y pudieras empezar a desentrañarlos, pero fueran realmente complicados. Los misterios se harían evidentes y te emocionarían. Todos encontramos este libro de acertijos y eso es lo que está pasando. Y puedes descifrarlos. El problema es que los descifras dentro de ti mismo, e incluso si se lo contaras a alguien, esa persona no te creería ni lo entendería de la misma manera que tú”, explicó el genial Lynch sobre los enigmas de sus obras.