Las nuevas medidas arancelarias impulsadas por el Gobierno de Donald Trump vuelven a sembrar incertidumbre entre los exportadores uruguayos. El incremento del 10 % en los aranceles amenaza con afectar el comercio con Estados Unidos, especialmente en productos clave como la carne bovina, que en marzo representó casi el 50 % de las exportaciones hacia ese país. Desde el Instituto Nacional de Carnes, sin embargo, destacan la capacidad de adaptación de la industria, que ajusta rápidamente sus destinos en función de la evolución de los mercados.
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"Uruguay, la industria uruguaya, para esos productos commodities que son un gran volumen de las exportaciones, tiene una práctica muy fuerte de estar acomodándose permanentemente, de enviar los productos a los mercados que tienen mejores precios. Entonces, si Estados Unidos empeora los precios por aranceles, inmediatamente se ajustan los destinos", señaló Gastón Scayola, presidente del Instituto Nacional de Carnes.
Una delegación oficial uruguaya participó recientemente en la Expo de Hainan, reafirmando el interés del país sudamericano en el mercado chino. En marzo, China volvió a ser el principal destino de las exportaciones uruguayas, con ventas por 212 millones de dólares, un 35 % más que el mismo periodo del año anterior. La celulosa lideró, pero la carne bovina y sus subproductos también mantuvieron un buen desempeño. Este crecimiento revela no solo la escala del mercado chino, sino también su estabilidad y proyección como socio estratégico para el Sur Global.
"Se ve claramente cómo el mundo está mucho más interrelacionado. Los socios tradicionales de EE. UU., muchos ya tienen otras alternativas, en particular con China y con Occidente y en realidad se van a terminar fortaleciendo esos vínculos como por ejemplo, la oportunidad que se está manejando a nivel del Sur Global", destacó María Noel Sanguinetti, economista y exgerente de la Asociación de Cultivadores de Arroz.
Reconocida por su calidad premium, la carne uruguaya goza de una creciente aceptación internacional. Representa el 10 % del PBI, emplea al 10 % de la población y cerca del 80 % se exporta. Pero más allá de los números, el verdadero diferencial está en su trazabilidad total y en una producción natural, sin hormonas ni antibióticos, valores cada vez más demandados por los mercados que apuestan por alimentos seguros y sostenibles.
"En realidad, eso es lo que valora el mercado en general y el interés de China que parece que cada vez este tipo de cosas comienzan a tener peso, que la comida sea saludable, que esta carne no tenga cosas artificiales, no tenga hormonas, no tenga antibióticos. Entonces, eso, que lo podemos seguir en forma individual gracias a esa caravana, yo diría que el mercado mundial no ha podido igualar eso", afirmó Leonardo Bove, productor ganadero de Establecimiento Bella Vista.
En un escenario global donde las reglas del comercio se redefinen, Uruguay reafirma su compromiso con la calidad, la trazabilidad y la apertura responsable. En ese camino, China se consolida como un aliado clave, estable, creciente y dispuesto a valorar lo que Uruguay mejor sabe ofrecer.