La fecha de la liberación fue designada por las Naciones Unidas en 2005 como el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, un recordatorio anual de los horrores del genocidio y la importancia de combatir el antisemitismo, el racismo y toda forma de intolerancia.
La conmemoración del 80º aniversario
“La memoria duele, pero también ayuda, guía, advierte, nos hace ser conscientes y nos obliga, ¿quiénes somos sin memoria?”, preguntó, durante la conmemoración de la fecha, el director del museo de Auschwitz-Birkenau, Piotr Cywiski.
El pasado lunes, 50 personas volvieron al lugar que las subyugó, pero esta vez para rememorar el día en que el Ejército Rojo entraba a aquel centro de barbarie para liberarlos.
En el acto participaron representantes de 54 países, incluidos el presidente de Francia, Emmanuel Macron; el canciller y el presidente de Alemania, Olaf Scholz y Frank-Walter Steinmeier; el rey del Reino Unido, Carlos III; y el rey de España, Felipe VI. Incluso estuvo presente el líder de Ucrania, Volodímir Zelenski.
Rusia no fue invitada al evento de aniversario, pero el presidente Vladímir Putin enviaría un mensaje a los participantes e invitados, dejando en claro que fue el Ejército Rojo el que reveló a la humanidad la verdad sobre los crímenes de los nazis que mataron a millones de judíos. “Siempre recordaremos que fue el soldado soviético quien derrotó este terrible mal total y logró la victoria, cuya grandeza para siempre permanecerá en la historia del mundo”, enfatizó Putin. Asimismo, añadió que Rusia hará todo lo posible para “proteger el derecho de las personas a la identidad étnica, lingüística y espiritual” e impedir la propagación del “antisemitismo, la rusofobia y otras ideologías racistas”.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia recordó en una publicación del pasado lunes que “gracias a la rápida actuación del Ejército soviético, los nazis no tuvieron tiempo de liquidar completamente el campo y borrar las huellas de su inhumanidad”. Durante la ofensiva Vístula-Óder, las fuerzas soviéticas tomaron el territorio de Auschwitz y liberaron a más de 7.000 prisioneros.
“No habrá nadie [en la ceremonia] que mencione y agradezca a los soldados-liberadores soviéticos en el acto conmemorativo. En este sentido, vale la pena decir a los organizadores y a todos los europeos que estén allí: sus vidas, su trabajo, su tiempo libre, la existencia de sus pueblos, sus hijos han sido pagados por los soldados soviéticos, sus vidas y su sangre. Ustedes están en una deuda pendiente con ellos”, señaló, por su parte, la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, en una conferencia de prensa.
La relación entre Rusia y Polonia, así como con otros países de Europa del Este, ha sido tensa durante décadas. La invasión rusa de Ucrania en 2022 y el posterior conflicto profundizaron estas divisiones. Polonia, un firme aliado de Ucrania y miembro de la OTAN, fue uno de los críticos más vocales de las acciones de Rusia. En este contexto, la ausencia de Rusia en la conmemoración de Auschwitz puede entenderse como una estrategia de aislamiento político y diplomático, pero ¿qué más hay detrás de esta ausencia que se repite por tercer año consecutivo?
Genocidio y distorsión histórica
A 80 años de la liberación de Auschwitz, la Asociación Cultural Israelita Dr. Jaime Zhitlovsky dialogó con Caras y Caretas sobre el papel fundamental del Ejército Rojo en la caída del nazismo y la liberación de los campos de exterminio, sin desmedro de reconocer que no comparten ni justifican el ataque de Rusia a Ucrania. Además, expresaron su preocupación por la exclusión de Rusia en la conmemoración oficial de este aniversario, interpretándola como parte de una tendencia a distorsionar ciertos aspectos históricos. En este sentido, analizaron la reinterpretación de los hechos de la Segunda Guerra Mundial y su impacto en la memoria del genocidio. También reflexionaron sobre la importancia de mantener viva la memoria histórica y alertaron sobre la repetición de discursos de odio y exclusión en la actualidad.
Antes de iniciar esta entrevista, la Asociación Cultural Israelita Dr. Jaime Zhitlovsky destacó la importancia de recordar que la guerra no solo se libró en los frentes de batalla. En tal sentido, subrayaron el rol de los sectores progresistas de la sociedad uruguaya y de las instituciones judeo-progresistas en la creación de un vasto movimiento de ayuda, organizado en distintos comités y centralizado en la "Acción Antinazi de Ayuda a los Pueblos Libres", cuyo objetivo era brindar apoyo material a las fuerzas aliadas, en el entendido de que “el apoyo moral no era suficiente y se necesitaban acciones materiales concretas”. Y detallaron: "Es así que el trabajo conjunto de organizaciones permitió el envío de transportes con ropa, frazadas, medicamentos y dinero para las fuerzas aliadas. En esta tarea estaban empeñadas las escuelas judías, donde los propios niños colaboraban con las ayudas, y los comités femeninos, que se encargaban de abrigos y botas para los combatientes".
Desde el centro que representan, ¿cómo evalúan la importancia del papel del Ejército Rojo en la liberación de Auschwitz y, en general, en la lucha contra el Nazismo?
El Ejército Rojo jugó un papel decisivo en la liberación de Auschwitz en enero de 1945. Llegaron a un campo donde quedaban miles de prisioneros hambrientos luego de la retirada nazi por el avance soviético. Allí descubrieron el horror del exterminio de cientos de miles de prisioneros, no solo judíos, sino también gitanos, comunistas, homosexuales, y practicantes de religiones no aceptadas por el nazismo. En los meses siguientes liberaron otros campos en Polonia y en los países bálticos.
El pueblo soviético y su ejército pagaron con más de 20 millones de muertos su lucha contra el Nazismo, tan solo en la batalla de Stalingrado (hoy Volgogrado) se estiman más de dos millones de muertos en lo que se considera el enfrentamiento bélico más sangriento de la historia de la humanidad.
Este año, Rusia no fue invitada a las conmemoraciones por los 80 años de la liberación de Auschwitz, a pesar de que fue el Ejército Rojo el que liberó el campo en 1945. ¿Cómo interpretan su institución esta ausencia en el acto oficial?
El ataque ruso a Ucrania ha servido de argumento para la no invitación a la conmemoración en una actitud que entendemos sin duda como mezquina.
Nuestra institución ha tenido una postura de condena al Gobierno ruso, rechazamos la violencia como forma de solución a los conflictos geopolíticos entre potencias, en este caso y en cualquier parte del mundo los perdedores son siempre los civiles inocentes. Pero más allá de ello, entendemos que la ausencia de Rusia tiene un objetivo de distorsión histórica de los acontecimientos. Se intenta minimizar o relativizar la importancia del Ejército Rojo, existe un discurso cultural que pretende atribuir la victoria sobre el Nazismo tan solo a las potencias occidentales que, como en el caso de Estados Unidos, se sumaron muy tardíamente a la guerra luego del ataque de Japón.
¿Consideran que se está produciendo una reinterpretación de ciertos hechos históricos de la Segunda Guerra Mundial? ¿Cómo afecta esto a la memoria del Holocausto?
Quisiéramos aclarar que, aunque popularmente se usa el término holocausto, este tiene una connotación de ofrenda y sacrificio religioso. Se trató, en cambio, de un genocidio que implica el exterminio sistemático de un pueblo en base a su identidad.
Los acontecimientos históricos implican un debate permanente, más aún en tiempos de posmodernismo e individualismo, donde se promueven discursos sin base histórica basados en odios y prejuicios contra comunidades y colectivos.
¿Qué mensaje creen que debería prevalecer en una fecha tan significativa como esta, tanto para las comunidades judías como para la sociedad en su conjunto?
El mensaje es recordar la memoria del genocidio cometido, es estar alerta y denunciar hechos y discursos intolerantes y violentos, identificar las causas del nazi fascismo y sus orígenes económicos y culturales. Hoy en el mundo se repiten discursos semejantes a los de los años 30, la humanidad debería aprender del horror vivido y poder identificar y diferenciar el sano debate democrático de ideas de las posturas que niegan la posibilidad de desarrollo y de vida a otros seres humanos ya sea por su origen, cultura o condición.
