Detrás del relato oficial, lo que se repite es un ciclo de endeudamiento para pagar deuda, cambiando una deuda que el Tesoro Nacional tiene con el Banco Central (es decir, deuda intra Estado) para endeudarse con el FMI, un acreedor internacional que históricamente impuso condiciones de hambre y dependencia a los gobiernos que se endeudaron con el organismo.
Muy lejos del objetivo de resolver los problemas urgentes de la sociedad argentina, el acuerdo llega en un año electoral: el ministro de Economía Luis Caputo volverá a encabezar un acuerdo ilegal con el FMI, que busca la entrada de dólares para sostener una apreciación ficticia, apelando al tipo de cambio como ancla para que no se dispare la inflación, y se derrumbe antes de lo previsto el relato de la “lograda” estabilidad económica. Apelaron primero a los dólares del blanqueo, luego a los del REPO y ahora, al préstamo del FMI.
Este modus operandi del gobierno lo denunció nuevamente Cristina Kirchner, ante la tragedia que atraviesa la ciudad de Bahía Blanca, de la provincia de Buenos Aires, devastada por las inundaciones. Milei anunció una ayuda desde el Estado Nacional de $10 mil millones; un monto irrisorio ante los $400 mil millones que costará la reconstrucción. La ex presidenta, puso en evidencia las prioridades del presidente, en un tuit publicado el 11 de marzo: “AYER NOMÁS GASTASTE 224 MILLONES DE DÓLARES DEL BANCO CENTRAL para intervenir en el mercado de los dólares financieros y seguir con el dólar oficial planchado. EN UN DÍA QUEMASTE MÁS DE LA MITAD DE LO QUE NECESITA BAHÍA BLANCA PARA SU RECONSTRUCCIÓN… FIJATE MILEI.”
Un informe del JP Morgan de febrero reveló que en el año 2024 se gastaron u$s 21 mil millones en intervenir el mercado para que no se dispare el precio del dólar. Eso explica la paradoja que todos los días el banco Central anuncia que compra millones de dólares y las reservas caen, en lugar de subir; en Wall Street estiman que las reservas netas seguirán en negativo pese a un acuerdo con el FMI. Si se suma al gasto de intervenciones directas lo que se pierde por el dólar blend que Caputo mantuvo, el drenaje de dólares para sostener el actual esquema cambiario trepa a u$s 38 mil millones. Con el 20% de las exportaciones liquidadas al valor del CCL se dilapidaron otros u$s 18 mil millones. El gobierno de Milei reventó casi u$s 40 mil millones para anclar el precio del dólar, el programa antiinflacionario más caro del mundo.
Este es el punto de tensión para la negociación con el FMI, que por segunda vez en su historia reciente se encuentra con el mismo ministro del mismo país, quemando los dólares que le dan para estabilizar la macro, en intervenciones en el mercado que sostienen artificialmente un dólar barato: esquema cambiario que favorece diversos negocios financieros como el famoso carry trade. La Argentina, y en especial, el ministro Caputo, no tienen el mejor prontuario ante el FMI; en el staff recuerdan que fue su decisión “desobedecer” al organismo y usar el dinero de las reservas para contener una corrida cambiaria, lo que, durante su paso por el Banco Central, en septiembre de 2018, terminó marcando su salida del gabinete macrista.
Pero fuentes cercanas al FMI revelaron que llegó la orden del secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Scott Bessent, para intentar acelerar el acuerdo con la Argentina, bajo la administración Trump en Estados Unidos.
Cabe recordar que durante la presidencia de Mauricio Macri (2015-2019), fue Donald Trump el responsable de destrabar el millonario e ilegal préstamo por u$s 57 mil millones que el organismo otorgó a la Argentina (se desembolsaron 45 mil), con el objetivo de sostener a la alianza Cambiemos en el gobierno. La historia es conocida: entre agosto y octubre de 2019, período de elecciones primarias y generales, se fugaron u$s 23 mil millones, casi la mitad del monto del préstamo otorgado por el FMI. El macrismo recibió un país desendeudado en diciembre de 2015 y entregó uno completamente saqueado y en ruinas en diciembre de 2019. ¿Qué hubo en el medio? Un ciclo de valorización financiera. La fuga de capitales de todo el período macrista, fue de u$s 88.371 millones, un monto cercano al de la deuda en dólares tomada por su gobierno. Esa fuga fue, impunemente, a parar a paraísos fiscales (Giménez y Caciabue, 19 de marzo de 2022)[1].
Este nuevo acuerdo en puerta con el FMI, obliga a revisar las consecuencias nefastas de hipotecar el futuro de les argentines de la mano del organismo y de fondos financieros, que asfixian las economías nacionales, y suponen un certificado de defunción de un proyecto de crecimiento con inclusión social.
Cabe además revisar los costos del último acuerdo, aprobado en 2022 durante el gobierno de Alberto Fernández, que llegó al control del Estado con el apoyo popular, y que terminó legitimando una deuda ilegal, parte de la pesada herencia macrista, un hecho central para repensar la desarticulación actual y el socavamiento de la reserva moral de la fuerza política nacional y popular.
Hay que aclarar que la legitimación del saqueo macrista se realizó en dos movimientos, con una estrategia que fue exactamente al revés a la que construyó el por entonces presidente Néstor Kirchner. Martín Guzmán, en ese entonces el ministro de Economía -con la venia del presidente Fernández-, arregló primero (y muy precozmente) con los tenedores privados en agosto de 2020, en plena pandemia del Covid-19, con el FMI como garante, para luego anunciar el acuerdo en enero de 2021. Es decir, se usó a un acreedor “público”, el Fondo, como garante de los acreedores privados, todos grandes jugadores del capitalismo transnacionalizado que jugaron a la timba financiera durante la Argentina gobernada por Mauricio Macri, Alfonso Prat Gay, Nicolás Dujovne y Luis Caputo.
Pero ¿pagar sin más era el único camino? Desde los sectores políticos alineados con Cristina Kirchner, se pusieron soluciones arriba de la mesa para que paguen la deuda “los que la fugaron”. Ninguna prosperó ni tuvo respuestas desde el equipo económico de Alberto Fernández.[2]. La derrota en las elecciones de medio término, fue una sentencia popular respecto del rumbo que llevaba en ese entonces el gobierno, que no fue posible revertir. Se optó por atender los intereses de los grupos económicos concentrados, lo que socavó la confianza en el gobierno, generó el alejamiento de amplios sectores de la sociedad y la consecuente frustración, que en gran parte explica la victoria de Milei en 2023.
¿Quién pagará los platos rotos de la fiesta libertaria?
El recorrido por estos 14 meses de gobierno demuestra la imposición de un régimen autoritario y fascista, violatorio de todas las garantías democráticas y los derechos humanos de la sociedad argentina, un programa de brutal disciplinamiento mediante el hambre, la pobreza, la persecución política y la represión. Se suma la desidia de los representantes en el Congreso, que violan sistemáticamente el mandato popular. Cabe preguntarnos una vez más, ¿seguirán con el rol de facilitarle la gobernabilidad a Javier Milei a través de las prebendas por cargos o cajas?
Frente a la expulsión de las mayorías populares de los escenarios institucionales, el pueblo argentino sigue sosteniendo su voluntad de lucha en las calles, a pesar de los intentos de ocultar las iniciativas mediante la neblina de desinformación impuesta por el gobierno y sus aliados en redes sociales. Una masiva marcha del movimiento feminista y LGBTIQ+ se extendió por todo el país el 8M; les jubilades resisten la miseria planificada y la represión todos los miércoles, logrando el tardío acompañamiento de hinchadas de fútbol, centrales sindicales y organizaciones sociales. Y toda la Argentina se prepara para un nuevo Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia, el 24 de marzo.
Hay dos opciones, que la deuda se pague con ajuste, ya sea por medio de programas del FMI o corridas cambiarias encabezadas por actores financieros, o se avanza en la construcción de poder popular para imponer un proyecto soberano y que, de una vez por todas, el pueblo no pague los platos rotos ni las fiestas ajenas. Se reactualiza la contradicción Patria o FMI en Argentina.
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* Psicóloga, Magíster en Seguridad. Analista de la Agencia NODAL y del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE) en Argentina. Directora del Área de Universidad, Género y Trabajo del IEC-CONADU.
[1] Recomendamos la lectura del Informe “Patria o FMI, un acuerdo donde no están todos”. Disponible en https://estrategia.la/2022/03/19/informe-clae-patria-o-fmi-un-acuerdo-donde-no-estan-todos/
[2] Giménez y Trabucco (27 de octubre de 2022). Retomar el legado de Néstor Kirchner, en medio de la crisis política. CLAE. Disponible en: https://estrategia.la/2022/10/27/retomar-el-legado-de-nestor-kirchner-en-medio-de-la-crisis-politica/