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Política Mario Bergara | FA |

Entrevista

Bergara: La Coalición "no tiene trayectoria ni programa" para gobernar Montevideo

Mario Bergara, candidato a la IM por el FA, defendió la propuesta de su fuerza política para Montevideo y opinó que la Coalición busca “erosionar” porque no tiene logros que mostrar.

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Las últimas encuestas de las consultoras Nómade y Cifra lo posicionan como el favorito para asumir la Intendencia de Montevideo (IM). Economista de formación y con una extensa trayectoria en la administración pública, Mario Bergara cuenta con una experiencia que abarca la presidencia del Banco Central del Uruguay (2008-2013 y 2015-2018), el Ministerio de Economía y Finanzas (2013-2015) y la vicepresidencia de la misma cartera (2005-2008). En la última legislatura se desempeñó como senador de la República.

Ahora, el desafío es otro: encabezar el gobierno departamental de Montevideo y dar continuidad a la gestión del Frente Amplio en la capital. En diálogo con Caras y Caretas, Bergara explica qué lo llevó a aceptar la candidatura, cuáles son los principales problemas que enfrenta la ciudad y cómo planea abordarlos. Además, responde sobre el panorama financiero de la Intendencia, la diferencia entre la propuesta electoral del FA y la de la Coalición Republicana, así como las críticas de la oposición en torno a la limpieza, entre otras.

¿Qué significó ser elegido como candidato a la IM y qué lo llevó a aceptar el desafío?

En primer lugar, considero un privilegio que la fuerza política más importante del país, que es el Frente Amplio, me incluya en la tríada de candidaturas que la va a representar, procurando dar continuidad a las siete administraciones frenteamplistas en Montevideo. Lo vivo como un privilegio y estoy sumamente agradecido. Tuve la chance de integrar el Ejecutivo del nuevo Gobierno o de seguir siendo un senador en el Parlamento, pero en esta instancia, optamos por avanzar a un desafío nuevo, con el mismo objetivo de siempre: contribuir para que la gente mejore sus condiciones de vida, para que haya más igualdad y para que se expresen y se disfruten más los derechos. Es un desafío lindo y distinto porque la Intendencia aborda temas que son muy cercanos a la cotidianeidad de la gente, algo que tiene una lógica distinta a otros cargos ejecutivos que también tuve el privilegio de ocupar. También influyó la peripecia política, el evaluar las opciones disponibles y considerar cuál ofrecía un margen razonable para avanzar con una candidatura competitiva. En la medida en que evalué que ese margen existía, estoy satisfecho y contento con la decisión que tomé.

¿Cuáles cree que son los tres principales problemas que enfrenta la ciudad?

Los problemas los pauta la gente. La Intendencia tiene encuestas permanentes de percepción de la gestión y de los resultados y, por lo tanto, eso es lo que hay que tomar como problemas principales. Hoy por hoy, el tema de la creciente generación de residuos está en primer lugar. En los últimos años hubo un aumento de 150.000 toneladas anuales de los residuos que la Intendencia tiene que procesar. En ese sentido, hay desafíos en aspectos que no terminaron de resolverse de buena manera, ya que se van aplicando opciones y algunas funcionan y otras no.

Montevideo es muy heterogéneo y hemos ido aprendiendo que no existe una única forma óptima de recolección de residuos. No es lo mismo pensar la gestión de residuos en una zona densamente poblada que en el Montevideo rural. Para algunas zonas continuará la lógica de contenedores y para otras podemos evaluar, por ejemplo, la buena experiencia que desarrolló el Gobierno de Canelones con los contenedores domiciliarios. De hecho, Montevideo ya instrumentó este mecanismo en Abayubá y Santiago Vázquez, que tienen características demográficas similares a las de Canelones, y el resultado está siendo muy apreciado por los vecinos y vecinas. En otros lugares habrá que profundizar la tarea en los edificios y en las cooperativas, con bolsones que permitan discriminar el reciclado y el resto de la basura. En zonas más dispersas quizás hay que volver a una lógica más de que, entre comillas, pase el basurero.

Es necesario procurar mecanismos para que la basura esté la menor cantidad de tiempo posible en la vía pública, ya que sabemos que hay una parte del problema que tiene que ver con las condiciones sociales. Hay barrios donde, lamentablemente, se concentran las personas que tienen la necesidad de hurgar en un contenedor. Estamos armando un plan con un equipo especializado en la materia, con apoyo incluso de compañeros que trabajaron en el proceso de Canelones, así que ese es el tema prioritario sin duda.

Otro problema que aparece en las encuestas, aunque en menor medida, es la movilidad. Montevideo incorpora entre 20.000 y 30.000 autos nuevos por año, por lo que es fundamental adoptar una visión de mediano y largo plazo e impulsar proyectos que generen cambios significativos. En particular, es clave mejorar el transporte público y reducir los tiempos de viaje, desestimulando a la vez el uso del automóvil particular, lo que contribuye al problema. Actualmente, hay proyectos en estudio por parte de las intendencias, que necesariamente deberán involucrar al Ministerio de Transporte y Obras Públicas. En este sentido, escuché con beneplácito las declaraciones de la futura ministra, quien señaló la movilidad metropolitana como una de sus prioridades. Existen iniciativas que abarcan Montevideo y Canelones, y en un futuro cercano podrían extenderse a San José. Por lo tanto, es un desafío que debe abordarse de manera coordinada entre las intendencias y el Gobierno nacional.

Por otro lado, las encuestas también reflejan una amplia gama de temas en los que la Intendencia de Montevideo recibe valoraciones positivas y muy positivas respecto a la extensa lista de responsabilidades que tiene, que van desde la gestión de residuos, el saneamiento, el medio ambiente, el transporte, así como la administración de museos, teatros, jardines botánicos, viveros, necrópolis, casinos y policlínicas. Además, abarca el desarrollo económico, el desarrollo urbano y el mantenimiento de las playas. En general, la ciudadanía tiene una percepción favorable sobre la mayoría de estas áreas.

¿La carga tributaria es un tema a revisar?

No está en la agenda. La carga tributaria de Montevideo no es alta. A ver, ¿cuáles son los principales tributos que cobra la Intendencia? La patente, que es un impuesto acordado por las 19 intendencias tras superar la histórica "guerra de patentes". Luego está la contribución inmobiliaria y los tributos domiciliarios. Es cierto que, cuando llega la contribución, puede parecer un monto elevado al pagarlo de una sola vez. Sin embargo, si se distribuye a lo largo del año y se considera su lógica redistributiva y de equidad, que ajusta los parámetros según los barrios y las características de los hogares, no nos parece un impuesto excesivo. Lo mismo ocurre con los tributos domiciliarios que se pagan cada dos meses. Por lo tanto, no tenemos previsto plantear una reducción en este aspecto.

¿La IM tiene recursos económicos para abordar todos sus objetivos?

Está claro que el panorama financiero de la Intendencia no luce floreciente en este momento, pero eso tiene que ver, en gran parte, con un tratamiento discriminatorio que se tuvo desde el Gobierno nacional. Una parte de los ingresos de las intendencias proviene de transferencias del Gobierno, algunas establecidas en la Constitución y otras a través de programas adicionales implementados por distintas administraciones. Durante los 15 años previos hubo transparencia, ecuanimidad y cumplimiento en tiempo y forma de todas las transferencias, además de la creación de programas que beneficiaron tanto a las intendencias del interior como a la zona metropolitana. Sin embargo, en este período de gobierno ha habido una actitud discriminatoria hacia Montevideo y Canelones, reflejada en recortes a fondos específicos, como el fondo metropolitano para infraestructura. Solo en ese concepto, la Intendencia de Montevideo sufrió un recorte de aproximadamente 36 millones de dólares.

El cambio de signo político en el Ejecutivo nos genera optimismo respecto a la recuperación de la ecuanimidad en las transferencias a las intendencias y en las lógicas de financiamiento. Un ejemplo claro fue el bloqueo, impulsado principalmente por el Partido Nacional, a una parte del préstamo del BID que la Intendencia intentó obtener, pese a que se trata de un mecanismo tradicional de financiamiento. De hecho, este préstamo era el sexto consecutivo que el Partido Nacional bloqueaba en su componente destinado a la limpieza. Resulta llamativo que el mismo partido que impide la financiación para mejorar la limpieza luego use ese tema como bandera electoral. Pareciera que la ciudadanía ha sido tomada como rehén de disputas políticas menores.

Uno de los que realizó fuertes críticas sobre el tema de la limpieza fue Martín Lema, ¿cómo las recibe considerando que durante su gestión como ministro de Desarrollo Social no se logró reducir la cantidad de personas en situación de calle?

Exacto. Creo que estamos en un terreno de disputa electoral donde el objetivo es más erosionar al rival que proponer soluciones concretas. Eso ha sido una constante en este gobierno: centrar el discurso en atacar al Frente Amplio en lugar de exhibir resultados propios o plantear un programa sólido. Sus críticas las tomo como eso, ya que no puede exhibir su gestión en el Mides como un logro porque la situación social empeoró significativamente. Hoy tenemos más pobreza, más indigencia y más personas en situación de calle que en 2019. Es cierto que en el último gobierno del Frente Amplio hubo un aumento de unas 700 personas en situación de calle según el censo, pero en este período el incremento fue de alrededor de 1000. Difícilmente puedan presentar esto como un logro. No tienen un programa y las propuestas que vamos escuchando son de cosas súper puntuales, en donde uno puede estar más de acuerdo o más en contra, pero de ninguna manera muestra una visión de lo que quieren de la Intendencia, de la ciudad y del departamento, una visión de cómo mejorar la vida a la gente.

Además, estamos hablando del candidato de un partido que bloqueó iniciativas para mejorar la equidad y la transparencia en la gestión departamental, como el ingreso por concurso y sorteo en las intendencias, que ya se aplica en Montevideo y Canelones.

El problema de fondo radica en el uso clientelar y político-partidario de los ingresos a las intendencias, una práctica frecuente en muchas de ellas, especialmente en las administradas por el Partido Nacional, que han quedado expuestas en casos de irregularidades y corrupción como la asignación de horas extras inventadas, que vaya a saber cómo se distribuían los dineros, o la compra de combustible en estaciones de servicio vinculadas al propio intendente. También han existido prácticas de reparto clientelar de bienes y servicios municipales, donde la entrega de materiales como arena, pedregullo o chapas depende del alineamiento político de quienes los solicitan. Seguramente los montevideanos no quieran avanzar hacia ese tipo de gestión departamental.

¿Cuál es la principal diferencia entre la oferta electoral del FA y la de la Coalición Republicana?

El Frente Amplio se encuentra en una posición cómoda con la tríada de candidatos que aprobó, respaldados por un programa común que es público y transparente. Son figuras con trayectoria, experiencia en gestión y un historial de cumplimiento de compromisos. En cambio, la Coalición presenta una tríada que parece más una sumatoria de sectores cuyo único punto en común es oponerse al Frente Amplio, sin un programa ni una visión compartida y sin trayectorias consolidadas.

¿ Y qué opina de que la Coalición Republicana tenga un candidato que vive en Suiza y una candidata que tuvo que renunciar a la ANEP?

La Coalición surge como un acuerdo cuyo único objetivo es evitar que el Frente Amplio gane, sin una visión de programa común. De hecho, desde el inicio, un candidato propone una cosa y, al día siguiente, otra candidata plantea exactamente lo contrario, como ocurrió con la propuesta de cierre de un canal de televisión [por TV Ciudad]. En cuanto a las particularidades de sus candidatos, creo que son parte de la peripecia política y que son cuestiones que la ciudadanía también evaluará. Tener un candidato que vive fuera del país puede no ser bien visto, pero eso dependerá del juicio de los votantes.

Recientemente, el diputado frentista Antonini realizó declaraciones sobre ingresos “a dedo” en la Intendencia de Maldonado, ¿cree que urge una ley nacional que regule los ingresos a la Intendencia?

Sí, la ley que ya se presentó y el Frente Amplio votó, que instaura como regla general el ingreso del funcionariado a la función pública en los gobiernos departamentales por mecanismos transparentes y ecuánimes con la gente, que son los concursos y sorteos. Por supuesto que creo que tiene que ser una de las leyes inmediatas que el nuevo Parlamento tiene que aprobar.

En esta campaña el FA también fue señalado por “acomodos”. Hace unas semanas el candidato nacionalista Lereté dijo que entraban todos “a dedo” en la Intendencia de Canelones.

Siempre hay un rango de una administración departamental o nacional que tiene un conjunto de personas que son de designación política, son los equipos de trabajo principales de cada jerarca, un cierto margen de discrecionalidad para algunas tareas, algo que incluso está previsto en la propuesta que se presentó. Pero la regla general del ingreso a la administración pública, sobre todo de gente que después se presupuesta, tiene que ser por concurso y por sorteo. Los cargos de designación política o que los intendentes pueden necesitar tienen que ser acotados, por supuesto, pero es gente que viene con esa persona y se va con esa persona, no queda como funcionario permanente en las intendencias.

En caso de ser electo, ¿cómo se imagina el vínculo con el sindicato?

Mi talante es absolutamente de diálogo, en todos los temas, no solamente en clave de negociación de reivindicaciones sindicales —salarios, condiciones de trabajo, etcétera— sino también en la posibilidad de los trabajadores contribuyan con sus experiencias, trayectorias y acumulación de la historia institucional para resolver los problemas y la gestión de la Intendencia. Siempre puede existir algún conflicto, sobre todo en una Administración que va a tener restricciones de índole presupuestal. Apelo a un vínculo razonable entre Administración y sindicato. De ninguna manera llegaría con el talante de que Adeom es de tal o cual forma y de que va a ser inevitable entrar en guerra, ni mucho menos pensar de qué forma comprar la paz con el sindicato. Esas son lógicas que yo no comparto.

Montevideo Rural tiene un rol clave en la producción y el abastecimiento alimentario de la capital, pero a menudo queda relegado en las prioridades de la gestión. ¿Tiene propuestas específicas para potenciar su desarrollo?

No tengo dudas de que hay que mirar el Montevideo rural con mucha más intensidad de lo que se ha hecho hasta el momento. Hay que tener un mejor diagnóstico de qué es el Montevideo rural, cómo participa de cuestiones productivas, temas alimentarios, etcétera. Vamos a ir a dialogar mucho en el Montevideo rural para identificar cuáles son las problemáticas, las necesidades y las angustias sobre las que la Intendencia debe poner el foco, que no necesariamente son las mismas que en barrios más céntricos.

¿En qué medida Bergara va a escuchar a la ciudadanía? ¿Tiene previsto alguna estrategia como el FA te escucha?

El FA te escucha es una cuestión de la órbita político partidaria y creo que, de acá a mayo, tiene que ser parte de la filosofía de la campaña. Vamos a recorrer todo el departamento en clave de escucha y de cercanía, que claramente fue uno de los factores que hizo cambiar el talante de la ciudadanía a la hora de votar al Frente Amplio en la última elección, comparado con un alejamiento de la sociedad que había tenido en la instancia anterior. Por lo tanto, de eso no hay duda. Por otro lado, soy partidario de intensificar los roles de los ámbitos de cercanía con la gente. Estoy hablando de los municipios y los consejos vecinales. Precisamos que la gente participe, dialogue y proponga, y también que comprenda por qué se hacen ciertas cosas y otras se postergan. No concibo una gestión en la Intendencia que aborde problemas muy cercanos a la gente sin la cercanía, la participación, el diálogo y la escucha con la ciudadanía.

Si finalmente accede a la Intendencia, ¿cuál va a ser el rol de Graciela Villar?

Graciela ha sido la presidenta de la departamental, conoce Montevideo de punta a punta, las zonas más complejas y las más vulnerables. Estos días justo me decía que visitó un realojo de un asentamiento y terminó llorando, así es como vive ese tipo de situaciones. Va a ser muy importante en la gestión de nuestra Intendencia. En qué lugar y en qué rol, eso lo dirá la vida, pero no tengo dudas de que es una gran articuladora política, algo fundamental para que la Intendencia actúe en clave de participación, apertura y diálogo con todos los sectores frenteamplistas y con los partidos de la oposición, ya que aspiro a tener un vínculo cercano con la Junta Departamental y con todos los partidos que la integran.

¿Por qué la gente debería volver a apostar al Frente Amplio? Hay quienes opinan que la falta de alternancia puede ocasionar desgastes.

Estar muchos años en el Gobierno obviamente puede ocasionar elementos de desgaste. Sin embargo, al Frente Amplio la ciudadanía le ha renovado el contrato desde el año 90 para acá, y el solo hecho del tiempo no es fundamentación para la necesidad de un cambio. Hay un montón de intendencias en el interior en donde los partidos de la Coalición están gobernando hace 50, 60 o 70 años. Creo que ahí tienen bastante que ver también las prácticas clientelistas que generan ese sostén. Pero no es el caso de Montevideo, donde la ciudadanía considera que, aún con demandas insatisfechas y la necesidad de mejoras en algunas áreas importantes, el Frente Amplio es quien satisface de mejor manera sus demandas. Con aciertos y con errores, pero con objetivos bien definidos, transparencia, ecuanimidad y equidad. En contraste con muchas de las intendencias del Partido Nacional en el interior, contribuimos con candidaturas que tienen fortalezas. El FA tiene una trayectoria no solo política y profesional, sino también en experiencia de gestión. Esta fuerza política gobierna para que la ciudadanía tenga más bienestar, más igualdad y más derechos. Y esos objetivos, que se plasmaron en 15 años de gobierno, fundamentan por qué la ciudadanía volvió a apostar al Frente Amplio en materia de gobierno nacional. Por todo eso, aspiro a que haya una séptima renovación de contrato con el Frente Amplio.

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