Un modelo de gestión sin rumbo común
Más allá del déficit económico, Di Doménico destacó otro factor igual de crítico: la forma en que se gestiona la Caja. “Hay una situación compleja en relación a la gobernanza del instituto, que no se maneja con fluidez a nivel de medios, pero desde el gobierno no podemos obviarla”, afirmó.
Desde su fundación en 1954, la Caja está dirigida por un directorio bipartito compuesto por siete miembros: cinco en representación de los afiliados y dos del Poder Ejecutivo. Esto significa que, históricamente, las personas físicas aseguradas —es decir, los propios profesionales— han tenido el control político del organismo.
Sin embargo, esa mayoría no ha logrado consolidarse en una estrategia de gestión común. “Existen varias expresiones gremiales entre los cinco representantes de los afiliados. Ninguna de ellas tiene mayoría absoluta, lo que obliga a pactar con los delegados del Poder Ejecutivo. El resultado es una conducción fragmentada y sin rumbo claro”, afirmó Di Doménico.
Falta de unidad gremial
A diferencia de otras cajas paraestatales, como la de escribanos o la del sistema financiero, donde las representaciones gremiales tienen estrategias unitarias, en la Caja de Profesionales predomina la dispersión.
“La falta de una conducción estratégica unificada es un factor central del deterioro. Esa atomización impide avanzar en reformas estructurales o decisiones clave para frenar el déficit”, enfatizó.
Para el director nacional de Seguridad Social, este doble problema —económico y político— es lo que explica el estancamiento de la institución. “No se trata solo de números en rojo. Se trata de una estructura de gobernanza que no ha logrado adaptarse ni tomar decisiones de fondo”, explicó.
Embed - Legítima Defensa 2da dosis 06 Abril 2025 - Álvaro lima, Ramón Fonticiella y Leonardo Di Doménico