Cronología de una estafa
El hotel y casino Mantra se inauguró en diciembre de 2003, bajo la propiedad de Vidaplan Sociedad Anónima. Tras varios años de pérdidas estuvo al borde de la quiebra, al punto que en 2012 se inició un proceso de venta y búsqueda de posibles accionistas. En esas negociaciones participó el Estado uruguayo, ya que ambas unidades de negocios se explotaban bajo la modalidad mixta (público y privado).
En abril de 2015, finalmente, quedó formalizado el contrato de compraventa y se completó el cambio de accionistas de Vidaplan. Así las cosas, el 33,33% quedó en manos de Vidacell -empresa perteneciente al argentino Jorge Goitía, dueño de casinos en la provincia de Corrientes- y los otros dos tercios (66,66%) los adquirió Brooke, una empresa de Reino Unido cuyo beneficiario final es el grupo italiano. La distribución accionaria fue proporcional a la inversión de fondos realizada. El directorio de Vidaplan quedó integrado por Alvaro Galeano (presidente), Pablo Sitjar (director en representación de Brook) y Reyes Puig (director por Vidacell).
La situación parecía ideal: Vidacell quedaría con la propiedad de la licencia del casino y Brooke con la del hotel y los predios adyacentes. Durante todo ese proceso, el contador Reyes Puig actuó como asesor de Goitía, a quien calificó durante la audiencia en la Fiscalía como “un amigo desde hace 20 años”.
Según consta en la denuncia contra Reyes Puig que ingresó a Fiscalía, en el paquete de acciones de Vidaplan había un crédito por 23 millones de dólares a nombre de Sonangol, una sociedad angoleña vinculada a los vendedores. La situación parecía estar clara para todos: Brooke y Vidacel también “adquirían” ese crédito contable (que no tenía ningún valor), en proporciones acordes a lo que cada uno había aportado al negocio (66,66% y 33,33%). Por razones fiscales, sostienen los denunciantes, ese crédito de Sonangol fue cedido a Seagull Ventures, una sociedad panameña que había proporcionado Reyes Puig, en aquel momento contador y asesor de Goitía, el dueño de Vidacell.
En noviembre de 2016 la situación se complicó. Ante las pérdidas del casino, Goitía decidió retirarse del negocio y le vendió sus acciones a Reyes Puig por la suma simbólica de 10 dólares. Además, le prestó 1,1 millones de dólares para cancelar todas las deudas referidas al casino. A partir de ese momento comenzaron los problemas, afirman desde Brooke, ya que “insólitamente” Reyes Puig empezó a presentarse como único propietario de Seagull, y de esta manera como el único propietario del crédito de 23 millones de dólares escriturado a nombre de Seagull.
¿Cómo es que este crédito paso a ser controlado por Reyes Puig? La cuestión que en aquella época Reyes Puig era el socio principal de MVG Group, firma especializada en la constitución de sociedades. Reyes Puig recibió ese crédito en depósito fiduciario de los accionistas para que adquiriera una sociedad anónima que detentara la propiedad del crédito a la espera de decidir qué hacer con él. La realidad es que sin ningún tipo de autorización por parte de Brooke, Reyes Puig transfirió los créditos a esta sociedad, pretendiendo posteriormente que ésta pertenecía solo al socio minoritario, esto es, el grupo Goitia.
“Esa apropiación indebida es el medio para luego cometer una estafa procesal, en grado de tentativa, por pretender engañar a un juez que ampare ese derecho en perjuicio de Brooke en la vía civil. Las presentaciones judiciales de Reyes Puig invocando la titularidad del 100 por ciento de las acciones de Seagull – y consecuentemente del crédito reclamado contra Vidaplan - son la prueba de “inversión del título” fiduciario en propiedad, a través del cual pretende quedarse con las acciones de Seagull que pertenecen a Brooke en un 66,67% y del crédito que pertenece a Brooke en la misma proporción”, sostienen los denunciantes. La referencia a las “presentaciones judiciales” apuntan a una acción de jactancia que presentó en enero de 2019 el abogado Joaquin Reyes Delgado, padre de Reyes Puig, en la que aseguran que el crédito de Seagull les pertenece.
La posición de Brooke -en esencia, que la propiedad del crédito de 23 millones de dólares debería respetar la proporcionalidad de dos tercios y un tercio- fue avalada ante la fiscalía por uno de los testigos que ya declaró ante la fiscal Vallverdú, el contador Rafael Amexis, quien se vinculó a Vidaplan pocos meses después de la compra. Amexis repasó en su testimonio que la “empresa de papel panameña” Seagull fue aportada por el contador Reyes Puig.
“El tema es que esa sociedad debía pertenecer dos tercios y un tercio a cada accionista. Sin embargo, en los papeles aparece como perteneciente al contador Reyes, que facilitó el nombre de esa sociedad cuando era asesor de Goitía y no tenía nada que ver con el negocio. Ahí él (Reyes Puig) le manejaba las empresas a Goitía y fue un facilitador, pero nadie pensaba que se iba a presentar después como el dueño de ese crédito y que iba a decir que los 23 millones le pertenecían. O sea, ganó más de 20 millones de dólares de la nada, por algo que nunca pagó”, relató el contador Amexis en Fiscalía.
La fiscal Vallverdú le preguntó a Reyes Puig por este asunto: “Si Goitía quería apartarse del negocio. ¿Para qué le cede a usted la empresa en 10 dólares y pone más de un millón de dólares? ¿No sería razonable que ese millón de dólares se haya destinado para liquidar la empresa?”. En este momento de la audiencia, Reyes Puig contestó que Goitía decidió no tener más injerencia en el negocio del casino Mantra pero siguió siendo su “amigo”, una relación de amistad que mantienen “desde hace 20 años”. La fiscal Vallverdú avaló durante esa audiencia la posición que defendieron Amexis y la abogada de Brooke. “La información que tenemos en Fiscalía es que de ese crédito que pasó a Seagull se hacían responsables las dos partes (Vidacel y Brook), en la proporción de un tercio y dos tercios”, replicó Vallverdú, recientemente jubilada. Los denunciantes esperan que la fiscal Maqueira retome a la brevedad con las actuaciones.
Otros vínculos de Reyes Puig
El estudio del contador Reyes Puig, según reveló Amexis en la fiscalía, se dedica a la venta de sociedades anónimas “de papel”, como la panameña Seagull. De hecho, en su estudio (MVD Group) trabajó la contadora Maya Cikurel, que fue detenida en febrero de 2020 a pedido de la justicia panameña, que la investigó en el marco de la causa Odebrecht. Tras la alerta roja de Interpol, Cikurel fue detenida cuando intentaba viajar a Buenos Aires con su pareja, el exministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira.
A la gravedad de esta situación cabe destacar que el grupo italiano ha sufrido fuertes pérdidas, lo que la ha obligado a realizar fuertes desembolsos de dinero. Incluso para hacer frente a las deudas dejadas por el Grupo Goitia en la operación del casino, lo que incluye el período en que la gestión quedó a cargo de Reyes Puig y Galeano.