De la presentación realizada por el ministro de Economía, Gabriel Oddone, surge que la economía uruguaya enfrenta un 2025 lleno de incertidumbres y desafíos que no pueden ser minimizados. Uno de los factores que contribuyen a esta incertidumbre es la creciente escalada proteccionista a nivel global, que genera un clima de inestabilidad en el comercio internacional.
Las políticas comerciales adoptadas por Estados Unidos luego de la asunción de Donald Trump podrían estar indicando que nos encontramos ante un cambio de época, ante esa nueva realidad debemos adaptarnos.
¿Nos imaginábamos hace quince años que Estados Unidos iba a adoptar medidas arancelarias al comercio internacional en un plan proteccionista? Claro que no, pero ese mundo es el mundo de hoy. En estos meses, además de los incrementos de hasta un 25% en el acero y el aluminio, Estados Unidos les ha impuesto nuevos gravámenes a las importaciones de México, Canadá y China, afectando la dinámica del comercio basado en reglas y cooperación.
Lamentablemente, estas restricciones impactan directamente en economías pequeñas y abiertas como la uruguaya, que dependen del acceso a mercados internacionales para sostener su crecimiento. La incertidumbre en las políticas comerciales de las grandes economías introduce una volatilidad que dificulta la planificación a largo plazo y complica sin duda la inserción internacional del país.
Otro de los grandes problemas que enfrenta Uruguay en este contexto es el elevado costo del financiamiento internacional. La tasa de los bonos del tesoro de EEUU a 10 años se ha mantenido en niveles históricamente altos, lo que impacta directamente en la capacidad del país para acceder al crédito en condiciones favorables. Esta situación se traduce en un menor flujo de capitales hacia economías emergentes y, por ende, en un encarecimiento del endeudamiento. En este sentido, por ser un país que tomador de crédito, nos encontramos ante una coyuntura verdaderamente compleja.
Vemos con preocupación la pérdida de la competitividad que viene sufriendo el Uruguay durante los últimos dos años. La caída en los precios de los principales
commodities de exportación, como la carne, la celulosa, la soja y la leche en polvo, ha reducido los ingresos por exportaciones y ha generado una mayor presión sobre el equilibrio comercial del Uruguay. Oddone ha sido muy claro en su presentación al explicar que las tasas de interés internacionales elevadas han tenido un impacto negativo en los precios de los
commodities. Este contexto plantea la necesidad de generar diferentes estrategias que permitan mitigar el impacto de estas fluctuaciones y, como consecuencia, diversificar los mercados de exportación.
La necesidad de adaptarnos al nuevo mundo
Los datos presentados en la reciente exposición en el Palacio Legislativo confirman lo que muchos analistas advertían: el crecimiento del país será limitado, el costo del endeudamiento se mantendrá alto y la región tampoco ofrece un contexto favorable. En este panorama, el gobierno deberá tomar decisiones estratégicas que permitan revertir la tendencia de estancamiento emergente de este cambio de época que se avecina.
Esta realidad, donde dos de nuestros principales socios comerciales, como Brasil y Argentina, muestran problemas estructurales que dificultan su crecimiento y, terminan limitando aún más las oportunidades para nuestras exportaciones. A su vez, el proteccionismo creciente en economías como la de Estados Unidos impacta en el comercio global y genera aún más incertidumbre. Por eso, ante la coyuntura, Uruguay debería buscar dentro de sus fronteras las claves para retomar el camino hacia el desarrollo.
Por supuesto que primero debemos superar ciertos debates estériles, como la reciente polémica sobre si la Ferrari estaba fundida o en buenas condiciones. Más allá de estas metáforas automovilísticas, debemos centrarnos en diagnósticos precisos y acciones concretas que impulsen el desarrollo nacional. Abordarlos requiere de políticas públicas efectivas y un compromiso colectivo que trascienda las discusiones superficiales, enfocándonos en soluciones reales para el bienestar de todos los uruguayos.
Debemos promover la transformación productiva del Uruguay. En un mundo que se encamina hacia una mayor protección de sus mercados internos, es fundamental que Uruguay aproveche esta coyuntura para fortalecer su industria nacional. No podemos seguir dependiendo exclusivamente de la exportación de materias primas y de la volatilidad de los mercados externos. Es necesario impulsar políticas que fomenten la industrialización y el valor agregado dentro y fuera de nuestras fronteras.
Debemos implementar estrategias que estimulen la producción nacional, incentivando la inversión en tecnología, innovación y capacitación de la mano de obra. Este enfoque no solo permitirá diversificar la matriz productiva, sino que también contribuirá a la generación de empleo de calidad, reduciendo la vulnerabilidad de nuestra economía ante las fluctuaciones externas. La industrialización es el camino para consolidar un Uruguay más competitivo, resiliente y con mayores oportunidades para todos.
Confiamos en el gobierno de Yamandú y en su capacidad para liderar el país en esta coyuntura compleja. Sabemos que tiene la capacidad de conducir la economía con un rumbo claro, con decisiones que impulsen el crecimiento y no solo se dediquen a administrar una crisis. Uruguay ya ha sabido aprovechar los momentos complejos para sacar lo mejor de sí. Sino, cabe recordar que cuando el mundo pasó por momentos complejos, como fue durante la primera y la segunda guerra mundial, con economías que se cerraban cada vez más, supimos transitar un camino hacia el desarrollo mejorando sustancialmente la calidad de vida de la población.
El nuevo gobierno tiene la oportunidad de marcar un punto de inflexión y construir un futuro de crecimiento inclusivo y sostenido. Con liderazgo, sensibilidad y visión estratégica, Uruguay puede volver a ser un referente en estabilidad y bienestar. Dependerá de las decisiones que se tomen en los próximos años, pero si algo ha demostrado este país es que, con unidad y compromiso, puede superar cualquier adversidad. ¡Podemos hacerlo!