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Política Conexión Ganadera | República Ganadera | ganado y campos

Conexión Ganadera

El cangrejo debajo de la piedra

* Desnuda entramado de poder que no permite descartar ninguna hipótesis

* Abre posibles vías de investigación sobre lavado de activos

* La lista de los más abultados inversores que publicamos en Caras y Caretas está equivocada y tiene errores.

* Ni Daniel Martínez, ni el Brigadier José Luis Villamil, ni probablemente otros de los nombrados invirtieron los montos que nosotros le atribuimos.

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Primero fue la sorpresa. Luego la negación ante la dura realidad. Después se hizo lugar la indignación. Ahora parecería haber llegado la fase de la desinformación, fundamental para lograr el “óptimo uruguayo” de que todo cambie para que todo siga como está.

Yo lamentaría si, sin malicia alguna, contribuimos con la nota de Caras y Caretas del día de ayer, en donde se informaba que entre los estafados por Conexión Ganadera había dos docenas de personas que sumaban aportes por 100.000 millones de dólares, a que se pusiera más atención en los damnificados que la que se debiera poner en los estafadores, en la ingeniería que posibilitó el daño y las responsabilidades de los infractores y de quiénes debieron controlar el arma del engaño.

En efecto, para el poder real urge enterrar el problema, limitando los daños para esa elite socioeconómica que viene haciendo lo que quiere con nuestro país desde que en septiembre de 1960 el Cr. Luis Eduardo Azzini, también durante un gobierno blanco, firmara la primera carta de intención con el FMI.

Nos estamos refiriendo claramente a la situación que se generó entorno a Conexión Ganadera. A primera vista se trataría de un mecanismo de inversión más, que ha experimentado importantes pérdidas y que intenta recuperar el control, la estabilidad y la confianza del mercado para salvar la vertical,

Hasta el día anterior de la muerte de Basso ocurrida el 28 de noviembre pasado, la versión oficial era que Conexión Ganadera intentaba contribuir al rescate de República Ganadera, otro fondo similar que solo semanas antes había ingresado en una crisis terminal.

Pero la verdad es que como consecuencia de la caída del llamado Grupo Larrarte y el concurso de República Ganadera la empresa de Pablo Carrasco y Gustavo Basso venía enfrentando un importante número de retiros de inversores, los que precipitaron la caída del fondo y todas las consecuencias que se vinieron develando desde entonces.

Hasta hace unos pocos días, la discusión se centraba en los activos de Conexión Ganadera. Cuanto ganado había, donde estaba, que inversores tenían ganado y quienes no, cuál había sido el monto de los retiros de las últimas semanas, quiénes se había beneficiado de eso, que ganado se había vendido, cuál era el estado sanitario del que restaba, en que se habían invertido el resto de los fondos, si las familias Basso o Carrasco habían desviado ganado o dinero , etc.

Pero la aparición la semana pasada de la lista de inversores, surgida y proporcionada por la propia empresa y particularmente por la familia Basso, pone el foco hacia los pasivos, y en particular, sus titulares.

Y allí aparece de todo. Para nosotros, lo más llamativo fue que existía un número de inversores residentes con cifras millonarias en dólares cuyos nombres resultaban prácticamente desconocidos para el mundo económico nacional, lo que alentaba la hipótesis de la existencia de testaferros o víctimas inocentes de una manipulación que respondería a propósitos que debieran ser motivo de una investigación

En caso que estos inversores fueran testaferros, se plantearía la cuestión de si son o eran testaferros de los dueños de Conexión Ganadera o de terceras personas o simplemente víctimas a los que se atribuye montos invertidos que podría no corresponderle.

En el primer caso, esta línea de investigación conduciría a un “stock” flotante de pasivos, pronto a ser asignado a quien lo demandara Esto sería consistente con la presencia de contratos pos-datados, como se verificó días atrás gracias a información presentada por el periodista Eduardo Preve.

Si este fuera el caso, más que certificados de inversión, los pasivos de Conexión Ganadera podrían haberse convertido en dinero, cumpliendo la función de medio de pago. En el segundo caso, que se tratara de testaferros de inversores ajenos a la empresa, sería una importante señal de alerta sobre posible lavado de dinero, producto del delito o eventualmente de la corrupción política.

Pero volvamos a la primera hipótesis.

Si Basso estaba empapelando la plaza pagando con certificados emitidos por CG, ¿qué bienes recibía a cambio? En términos monetarios, si CG estaba emitiendo un “cuasi-dinero”, ¿cuáles eran los puntales de emisión?

Dada la naturaleza original de su negocio, el puntal de emisión principal sería el ganado. Pero ya sabemos que CG otorgaba créditos y descontaba documentos, lo que sería el segundo “puntal”. El mecanismo “estándar” sería que los inversores transferían dinero a cuentas de CG, con ese dinero CG adquiría ganado en el mercado, y el inversor se llevaba un certificado. Pero podemos imaginar diferentes alternativas. Por ejemplo, que los inversores ingresaran al fondo con ganado y no con dinero. De modo que si alguien hubiera tenido la necesidad de sacarse de encima ganado a su nombre, podría haberlo hecho rápidamente vendiéndoselo a CG a cambio de certificados “no rastreables” en lugar de dinero bancarizado.

Si seguimos por esta línea de pensamiento, la verdadera dinámica de CG vendría más por los pasivos que por los activos, y el ganado podría ser una excusa para que esa moneda tuviera cierto respaldo nominal de un bien que ofreciera mayor seguridad sicológica que las monedas fiduciarias tan vapuleadas luego de la crisis financiera global del 2008.

En esa línea de pensamiento, la función que para Conexión Ganadera cumplía el ganado, para el “Lechuga” Campomar eran las cripto-monedas y para algún fondo inmobiliario aún vigente, los “ladrillos”.

La información que va surgiendo sobre el funcionamiento de CG apunta a que existiría un “desenganche” entre el funcionamiento de los activos (ganado) y los pasivos (certificados), con Carrasco enfocado mayormente en lo primero, y Basso en lo segundo.

Reportes de prensa de que Carrasco solicitaba movimientos de ganado considerados “irracionales” por los encargados del manejo en el campo apuntarían también en esa dirección. ¿Será que el mismo ganado circulaba para generar la impresión de que había más ganado del que existía en realidad, como un banco haciendo alarde de liquidez en medio de una corrida?

Sigamos recorriendo las implicancias de la hipótesis que estos certificados funcionaran como dinero. Supongamos el caso de un empresario que tuviera que pagar una comisión por un negocio o licencia obtenida, y que no deseara dejar rastro del pago realizado. El empresario podría en cambio acudir a un escritorio rural y comprar cabezas de ganado. Ese ganado podría ser posteriormente transferido bajo propiedad de CG, que podría emitir un certificado a nombre de un posible testaferro, que a su vez en el momento apropiado podría ser transferido al destinatario final de la “comisión”. El destinatario final podría luego con el tiempo ir retirando la inversión y justificando el origen como inversión en CG.

Son muchas las combinaciones posibles en un mecanismo de inversión que combinaba dinero, ganado y campos. Y vaya uno a saber si no también pistas. para investigar si hubiera voluntad

Si bien el mecanismo “normal” preveía que el dinero se convirtiera en ganado para luego regresar a dinero, puede concebirse que un inversor entrara con campos a ser arrendados por CG, para salir con ganado, para luego convertir este ganado en certificados. Y varias combinaciones posibles más.

Pero todo este montaje requiere de un importante número de empresas de soporte. Escritorios rurales a los que comprar y venderles ganado, bancos y casas de cambio que reciben fondos de inversores, frigoríficos, exportadores de ganado en pie, transportistas por tierra, aire y mar, agencias de carga, despachantes de aduana, etc. En efecto, todos los días aparece una nueva empresa con vínculos a esta trama de “límites líquidos” entre la criminalidad organizada y el delito de cuello blanco-

Luego de publicada la lista de los principales inversores, varios de ellos hiceron saber su molestia y afirmaron que sus inversiones estaban muy lejos de esas cifras .

Tal es el caso del Brigadier General José Luis Villamil, que nos hizo llegar una nota de desmentido que publicaremos íntegra y Daniel Martínez que afirma tener invertido aproximadamente 100.000 dólares en dicho fondo ganadero y no 2.800.000 dólares como parecía resultar de los números de la planilla Excel que surgía de la documentación proporcionada por Conexión Ganadera.

Naturalmente no había forma de verificar los números que surgían de esta planilla, hasta ahora la única información que se puede obtener referida a los pasivos.

En la tarde de ayer hicimos consultas con técnicos y dimos vuelta la planilla y sus pestañas de arriba para abajo, intercambiamos información con colegas y con economistas, con abogados de las víctimas y otros inversores.

A la noche llegamos nos convencimos o más bien nos convencieron, de que la planilla Excel tiene errores en su estructura que hace confundir las líneas y parece atribuir a algunos inversores montos que se corresponden con los de otros.

Tal es el caso al menos de Daniel Martínez y Villamil y Sergio Bonilla, jerarca de la Intendencia de Maldonado, aunque podría también ser la situación de otros de los mencionados por Caras y Caretas.

En estos casos reconocemos que cometimos un error absolutamente involuntario, que no tenía otras intenciones que las de dar información relevante.

Nos queda la duda de la razón por la que esta panilla nos confundió y porque las líneas que no coincidían en algunos grandes inversores no inducia a error en más de 40 inversores chicos o medianos que entrevistamos y cuyas inversiones coinciden con pequeños errores con los montos verdaderos invertidos. La hipótesis más plausible parece ser la que justifica el error en que en la conversión, la copia o reproducción de la planilla se corrieron las líneas .Yo no descartaría la manipulación de la misma con diferentes propósitos posibles

Aún queda bastante para analizar de este listado para determinar la realidad del pasivo y de aquellos inversores que puedan demostrar sus derechos. También sobre el verdadero corazón del negocio que derivó en una gran estafa, la magnitud real del pasivo lo que se pueda recuperar y las maniobras que puedan haber hecho los empresarios y sus familiares más cercanos para apoderarse de los activos, hacer retiros o vender ganado en medio de la crisis.

Lamentamos si hicimos un daño a la reputación de algunas de las personas mencionadas pero hacemos constar que en ningún caso los mencionamos sino como damnificados o estafados.

Finalmente, el error anterior y la utilización antojadiza, apresurada y alevosa de este error por algunos personajes irresponsables del mundo político como la inefable Dra. Graciela Bianchi, deja la puerta de entrada abierta a posibles vínculos con la política que no surgen de manera relevante en los archivos conocidos.

Curiosamente no aparecen casi inversores con vínculos directos con la actividad ganadera. Es quizás este último aspecto el que más llame la atención, ya que no aparece prácticamente nadie en la lista de perjudicados con vínculos directos con la actividad. ¿Será que la estructura financiera y los intereses ofrecidos estaba diseñado solamente para engañar incautos del asfalto demasiado ambiciosos? ¿Será que los entendidos sabían de esto antes que nadie? ¿O será que pudieron retirar su dinero a tiempo?

Las preguntas e hipótesis se multiplican a una velocidad superior a la capacidad de responderlas.

Por ahora lo que va quedando absolutamente claro es que nuestro país se enfrenta a un episodio que desnuda una hábil ingeniería económico financiera con innumerables oportunidades para la infracción de la ley y el ocultamiento de los beneficios económicos, el lavado de activos y la estafa pura y dura

Esperemos que las fuerzas del poder real no consigan enterrar esta trama antes que la ciudadanía tenga oportunidad de conocer todas sus ramificaciones. Es preferible tener una investigación en serio que seguir barriendo debajo de la alfombra, como se ha hecho muchas veces desde hace muchas décadas con incalculables costos para la sociedad y la democracia uruguayas.

No voy a terminar esta nota sin expresar la tristeza por el error y pidiendo disculpas a los lectores a las personas que se sintieron afectadas y a sus familias,

Al menos nosotros no tuvimos otra motivación que la de informar lo que consideramos relevante.

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