En un balotaje que confirmó el vuelco de los principales centros urbanos hacia el Frente Amplio, Yamandú Orsi y Carolina Cosse se impusieron con claridad sobre la fórmula oficialista liderada por Álvaro Delgado. El resultado, consolidado con un 49,8% de los votos frente al 45,9% de Delgado, mostró un notable crecimiento del Frente Amplio en todos los departamentos en comparación con las elecciones de octubre.
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La geografía del triunfo
De acuerdo a datos relevados por Búsqueda, la Corte Electoral dividió el territorio nacional en 693 zonas de votación, arrojando que Orsi se alcanzó la victoria en 34 de las 50 zonas con mayor cantidad de votantes habilitados. Estas zonas concentran gran parte del electorado y resultaron clave para inclinar la balanza a su favor.
Entre los puntos más destacados están Las Piedras, un bastión del crecimiento de Orsi, y varias zonas de Montevideo, donde el Frente Amplio obtuvo 504.757 votos frente a los 357.491 de Delgado. Santa Catalina, Pajas Blancas, Nuevo París y Camino de las Tropas destacaron por la abrumadora ventaja porcentual que Orsi logró sobre Delgado, alcanzando hasta un 78,5% en algunos circuitos, según los datos compartidos por el mencionado medio.
Sin embargo, el oficialismo mantuvo su predominio en sectores de alto poder adquisitivo, como Carrasco, Trouville y Villa Biarritz, donde Delgado alcanzó un 82% en circuitos clave.
La otra cara del balotaje: las zonas rurales
El triunfo de Delgado fue más evidente en las zonas con menor densidad poblacional. Según los datos, la fórmula Delgado-Ripoll dominó en 41 de las 50 zonas con menos habilitados para votar. En estas regiones rurales, donde los votantes suelen estar más conectados con la coalición de gobierno, el oficialismo encontró su fortaleza.
Llamaron la atención los empates en circuitos como Chilcas (Florida) y Sauce del Queguay (Paysandú), donde ambas fórmulas obtuvieron exactamente la misma cantidad de votos.
El desafío hacia el futuro
Con esta victoria, Yamandú Orsi asumirá como presidente en un escenario que exige cohesión y diálogo político. Su triunfo evidencia la capacidad del Frente Amplio para reconectar con sectores diversos, pero también subraya la división territorial del electorado uruguayo, que sigue marcando claras diferencias entre zonas urbanas y rurales.
El mapa político, reconfigurado tras el 24 de noviembre, será una herramienta crucial para los próximos años.
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