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Política coalición | Partido Nacional | Ripoll

Ripoll, corrupción y contradicciones

La derrota de la coalición: entre errores estratégicos y el impacto de los escándalos

La coalición asumió la derrota y comienzan a vislumbrarse los primeros análisis que explican el revés electoral de Álvaro Delgado.

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La campaña electoral de 2024 será recordada como un punto de inflexión para la coalición de gobierno liderada por el Partido Nacional. La derrota en las urnas, tanto en la primera vuelta como en el balotaje, dejó al descubierto una serie de decisiones cuestionables, episodios de corrupción y contradicciones estratégicas que marcaron el desenlace de esta contienda electoral.

El "fenómeno Ripoll"

Uno de los aspectos más comentados fue la decisión del candidato presidencial del Partido Nacional, Álvaro Delgado, al designar a Valeria Ripoll como su compañera de fórmula tras las elecciones internas. Si bien se esperaba una figura que generara consenso y fortaleciera la unidad dentro de la coalición, Ripoll resultó ser un punto de discordia. Esta elección no solo generó tensiones internas, sino que también impactó negativamente en la percepción del electorado. Las encuestas realizadas en julio de 2024 ya reflejaban un retroceso en los apoyos hacia el Partido Nacional, sugiriendo que esta decisión pudo haber sido un error estratégico de peso.

Además de los desaciertos políticos, la gestión gubernamental enfrentó serios cuestionamientos por casos de corrupción que afectaron la credibilidad de la coalición. Entre ellos, el episodio relacionado con el pasaporte de Sebastián Marset y el caso Astesiano resonaron profundamente en la opinión pública. Más recientemente, el procesamiento de Pablo Caram y Valentina dos Santos por el manejo irregular de horas extras en Artigas agravó aún más la percepción negativa sobre la administración gubernamental. Estos hechos evidenciaron fisuras en la gestión y contribuyeron al desgaste político de la coalición.

Una campaña contradictoria

En la segunda vuelta, el diseño de campaña expuso más contradicciones. Mientras Delgado promovía un mensaje de apertura y unidad, acciones como el despido de un funcionario de la Secretaría de Inteligencia por apoyar públicamente a Yamandú Orsi o las divisiones internas en el Partido Colorado, con la polémica sobre Zaida González, transmitieron señales opuestas. Estos eventos generaron dudas sobre la coherencia del mensaje de la coalición y su capacidad para liderar un gobierno verdaderamente inclusivo.

Por otro lado, la insistencia de la coalición en minimizar la victoria parlamentaria del Frente Amplio, que obtuvo mayoría absoluta en el Senado el 27 de octubre, pudo haber sido percibida como un intento de distorsionar la realidad electoral. Este discurso no logró convencer sobre la capacidad de gobernabilidad.

La derrota de la coalición, entonces, puede explicarse por una suma de factores: decisiones estratégicas desacertadas, el peso de los escándalos de corrupción y la falta de coherencia en el discurso político. Estos elementos fueron determinantes en un escenario en el que la confianza del electorado fue un bien cada vez más escaso para los coalicionistas.

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