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Política

Con Salvador Schelotto

"Señas de identidad del Frente Amplio son la participación, los espacios públicos y las políticas sociales "

El arquitecto es uno de los tres candidatos por el Frente Amplio al gobierno de Montevideo y, de los tres, el que tiene más experticia en la cuestión municipal.

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Schelotto es uno de los tres candidatos por el Frente Amplio al gobierno de Montevideo y, de los tres, el que tiene más experticia en la cuestión municipal, pues entre otras responsabilidades fue asesor del ex intendente Mariano Arana. Sus propuestas sobre movilidad, seguridad y convivencia, y el rediseño del sistema de recolección de basura y de la fuerza política son algunos de los ejes de su propuesta para Montevideo.

35 años de Frente Amplio

El Frente Amplio tiene 35 años de gobierno departamental en Montevideo. Como ha sido parte de ese proceso, sería interesante que pudiera definir los hitos durante este tiempo.

Yo creo que el tema de los 35 años ha sido también abusado un poco, quizás en parte por un lógico discurso de la oposición que plantea, como planteó en su momento a nivel nacional con los 15 años, que llegó el momento de cambiar, la importancia de la alternancia. A poco que uno rasca se da cuenta de que por debajo de esa superficie no hay mucho contenido, porque si recorremos la historia nacional, acá el Partido Colorado gobernó durante 49 años Montevideo de forma ininterrumpida y nadie se preocupó por eso hasta que ganaron los blancos en el año 58. Y si uno mira el interior, va a encontrar en muchos departamentos que no hubo alternancia nunca, desde hace 50 o 60 años. Entonces yo creo que la alternancia por sí misma no es un valor.

Quizás tenemos que preguntarnos si realmente el modelo del Frente Amplio está agotado o el proyecto del Frente Amplio está agotado. Y también, cuando se plantea que en 35 años no se resolvieron los problemas, no los van a resolver ahora o en 15 años. Me parece que también es falaz eso, porque las sociedades, las ciudades y los territorios son dinámicos. Entonces obviamente que los problemas se resuelven, pero al día siguiente aparecen problemas nuevos o el dinamismo de las dinámicas urbanas, de las dinámicas sociales y económicas plantea que los mismos problemas se reformulan, y es la vida misma.

El Frente Amplio, cuando llegó en el año 90 (yo acompañé a Tabaré en ese episodio inaugural, en esa aventura, primero de ganar por primera vez una campaña política y ganar un gobierno en el 89), había un impulso de cambio muy fuerte. Y ese impulso de cambio tuvo algunos grandes ejes. El principal, y que fue una seña de identidad, fue el de la participación y la descentralización, que si uno mira este periplo de 35 años, hubo una etapa de implantación, hubo un rechazo muy fuerte de la oposición en aquel momento, que la gente probablemente no lo tenga presente. Pero el primer modelo de centralización fue impugnado en el parlamento. Luis Alberto Lacalle Herrera, cuando asumió Tabaré, dijo: “Mientras se ocupen de levantar la basura, alumbrar y hacer las calles, no van a tener problemas; pero si se quieren meter con otros temas, ahí vamos a tener lío”.

Eso implicó una vuelta atrás, una negociación política, y en el año 93 la implantación de un modelo que no era el original del Frente Amplio. Ese modelo perduró hasta 2010, cuando con la Ley de Descentralización y Participación Ciudadana se implantaron los municipios y es el que hoy tenemos.

Yo creo que hoy se está necesitando una reformulación; claramente se llegó a un estadio en el cual se ha descaecido mucho la participación. Estoy recorriendo distintas organizaciones sociales y territoriales, y la gente sigue participando, pero a nivel social. Y la relación con los gobiernos municipales, con el gobierno departamental, por momentos es tensa, es una relación que no ha sido simple y hay una demanda de mayores espacios para poder cogestionar programas, actividades, espacios públicos, incluso.

La descentralización estaba planteada en el famoso documento 6, pero hubo un debate en su momento donde se concluyó que quizás hubo más un perfil de desconcentración de servicios que de descentralización política.

Yo fui redactor del documento 6 y es verdad, creo que todo tiene su justo equilibrio, porque la desconcentración de servicios es muy importante. Obviamente que acá también hay demandas y hay reclamos por falta de eficiencia, que eso es un tema a resolver. O sea, si vamos a desconcentrar como lo hicimos, los servicios tienen que funcionar bien, porque el objetivo de desconcentrar es que, estando más cerca de los problemas, se resuelvan mejor las cosas. Después la descentralización es otra cosa.

Yo creo que la descentralización quedó a medio camino, pero a mí me parece que estuvo adecuadamente planteada como ley de descentralización política, que impulsó también Tabaré, pero esta vez desde su primera presidencia, con la creación de los municipios. Pero ahí tenemos también algunas dificultades, porque quizás en eso los partidos tradicionales pueden interpretar y entender la lógica de las elecciones municipales y de la gestión municipal, probablemente mejor que el Frente Amplio. En los hechos han sido más exitosos en eso. Y yo creo que el Frente Amplio no encontró la manera de implementar la descentralización política de una manera muy articulada con la participación de la sociedad. Esto se muestra en el caso de Montevideo con los 18 concejos vecinales. Yo creo que los concejos vecinales tienen que ser reformulados y tienen que ser potenciados. Hay un reclamo de ese tipo. Hoy están muy disminuidos, tuvieron su época de gloria, por así llamarlo, en los 90 y a principios de los 2000, en un proceso que fue muy rico en las 18 zonas de Montevideo, que fue cuando se crearon y se desarrollaron los Planes Estratégicos de Desarrollo Zonal (Plaedez) que implicaron que muchas instituciones, organizaciones locales, muchos vecinos participaran en crear un imaginario de su propia zona, en identificar los problemas, pero también las propuestas, y que la Intendencia las tomara. Entonces me parece que esa dinámica hay que volver a retomarla de alguna manera.

A nivel de la fuerza política, cómo se compagina la departamental Montevideo con el grupo de los 36?

Esto es más de cocina política del Frente, que se crearon otros organismos que creo que son interesantes, pero que también merecen una mirada específica, que son los plenarios zonales, los plenarios municipales, porque tenemos que Montevideo tiene 18 zonas, tiene 18 coordinadoras, pero tiene ocho municipios. Entonces a los efectos de crear las plataformas electorales y definir las candidaturas, se juntan las coordinadoras con una integración x, donde aparecen los delegados de base, etc. como organismo ad hoc para enfrentar las elecciones municipales, pero todavía no son direcciones políticas locales. Me parece que ahí hay un problema del Frente. Yo creo que Fernando Pereira lo tiene claro eso y está haciendo hoy una campaña nacional muy importante, porque se detectó un problema que es que la ciudadanía, y particularmente la ciudadanía que se identifica como frenteamplista, no se ha apropiado de las elecciones municipales. Eso implica una abstención muy grande o voto en blanco parcial. Es decir, se vota intendente y junta departamental, y hay muchos menos votos para consejos municipales.

Esto viene pasando desde el 2010 en forma recurrente, quizás un poco menos en algunos lugares del interior, pero es significativo en Montevideo. Y bueno, revertir eso es algo que va a dar mucho trabajo.

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Salvador Schelotto.

Salvador Schelotto.

Además de la descentralización, qué otros hitos encuentra en estos 35 años?

Claramente, el plan de ordenamiento territorial del 98, toda la gestión de espacios públicos, que es una línea que arranca con Tabaré y continúa hasta Carolina. La ciudad pública, la ciudad para todos, el espacio público, no solamente en las áreas centrales y costeras, sino en toda la ciudad, aún en los barrios más alejados. Eso es una señal fuerte del Frente Amplio.

Por supuesto que también las políticas sociales que Tabaré las puso en el eje el primer día y bien que resultaron el soporte de la población más vulnerada en los momentos más críticos. En la crisis del 2001-2002 (yo estaba con Mariano Arana) se redireccionaron recursos porque la sociedad se nos caía. Y claramente en el 2020 en adelante, con la doble afectación que tuvimos con la pandemia y con el gobierno multicolor que se replegó del territorio y de muchas de las políticas sociales, ahí quien quedó para sostener a la gente con mayores carencias fue la Intendencia, en salud, en alimentación, en una cantidad de áreas.

Entonces yo te diría que las señas de identidad del Frente Amplio son la participación, los espacios públicos, las políticas sociales y también la infraestructura, que es lo menos conocido; todo lo que fueron los planes de saneamiento, que hacen que nuestra ciudad sea de las ciudades capitales de América con mayor servicio de saneamiento y con mayor cobertura de carácter ambiental… eso es el Frente Amplio.

Después sí habrá otras cosas en las cuales probablemente los resultados sean un poco de menor eficiencia y habrá que resolverlos sin duda. Pero estos son grandes ejes que han venido acompañando los últimos 35 años.

Estando el Frente Amplio de nuevo en el Gobierno nacional, ¿la Intendencia debería seguir haciéndose cargo de algunas áreas, como por ejemplo en los temas de salud?

Definitivamente sí. Esto lo hemos discutido a nivel programático, pero independientemente de las definiciones políticas, yo estoy convencido de eso, y lo he citado en más de una ocasión que Aquiles Lanza (intendente de Montevideo por el Partido Colorado), en el primer gobierno de Sanguinetti, creó la red de policlínicas municipales, después la desarrolló Tabaré, la siguieron desarrollando los otros intendentes del Frente, porque no es contradictorio, son complementarios. Y hoy, con el Sistema Nacional Integrado de Salud, la presencia en el territorio que tiene toda la red departamental es una ayuda importantísima. La presencia en el territorio es insustituible y complementa lo que hace ASSE.

Lo mismo te digo en materia alimentaria, en el resto de las políticas de animación cultural, en políticas hacia la primera infancia, en políticas hacia la juventud, hacia los adultos mayores; ahí lo que no hay que hacer es duplicar servicios, pero sí complementarlos.

Volvamos, entonces, un poco al concepto de participación. ¿Cómo se imagina que se podría profundizar esa participación para que, de alguna manera, se pueda arrimar a la idea de la descentralización política, de que el vecino no sea un mero espectador?

Yo creo que hay experiencias buenísimas y que ojalá las pudiéramos replicar en escala mayor de cogestión de vecinos o de organizaciones de vecinos gestionando junto con la Intendencia. De hecho, hay policlínicas gestionadas desde el primer momento. Pero hay una experiencia preciosa, que es única en el sentido de que tiene una historia muy larga y muy sólida, que es la del complejo Sacude, en la zona del barrio municipal, en Casavalle, donde hubo primero una infraestructura histórica que era el viejo teatro municipal, pero después, en un proceso de renovación de esa infraestructura, como había una comunidad organizada, esa nueva capacidad de prestación de servicios se articuló con la organización social. Entonces, salud, cultura, deporte, convocando a todas las generaciones, convocando a vecinos del área inmediata pero un poco más lejana, en una zona donde no hay nada similar, es un espacio de una vitalidad increíble. Ojalá Montevideo tuviera 10 de esas experiencias y vamos a trabajar para que haya más.

Pero eso no puede surgir de la nada, no puede venir de arriba a abajo, tiene que articular con la gente organizada que ya está trabajando en el territorio.

¿Los presupuestos participativos se deben mantener como están o habría que reformularlos?

Yo creo que hay que reformularlos. Son una herramienta importantísima, pero hay cosas que rompen los ojos. Es decir, no puede votarse en un presupuesto participativo si colocan un semáforo o no. Me parece que hay que sacar de la lista posible de proyectos a aquellos de los que sí o sí tiene que hacerse cargo la Intendencia. Y no puede competir un semáforo con un proyecto social. Obviamente que además es un poco irracional priorizar las señales luminosas o la forma de resolver ciertos cruces por una votación particularizada de una parte de la sociedad, cuando es una planificación que tiene que ser general.

Centro Comunal Zonal 2 - Casa del Vecino / Elecciones de Concejos Vecinales y Presupuesto Participativo. Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS

En las últimas elecciones, el Frente Amplio perdió un municipio más y ahora hay tres en manos del Partido Nacional. ¿Ese crecimiento político se dio por una visión crítica de buena parte de esos vecinos hacia la gestión municipal o fue una valoración meramente político-partidaria?

Yo no tengo una interpretación total de eso, lo que creo es que es parte de un problema más general. Hubo una abstención muy grande. En el caso del municipio F es clarísimo, porque en la elección de intendente fue mayoría el Frente Amplio, pero en la de alcalde fue mayoría la hoja municipal del Partido Nacional, que en aquel momento estaba bajo el lema Partido Independiente, pero el alcalde es nacionalista. A lo que voy es a que probablemente no sea solamente un problema de crítica al gobernante local o crítica a la Intendencia, sino que es un problema de estricta ingeniería electoral que resulta muy difícil para el Frente Amplio, el cual no se apropió totalmente de las reglas, de los mecanismos de la elección municipal, y ahí se pagó ese precio. Eso en el caso del F, probablemente el CH y el E tienen otros motivos. Ahí hay una cuestión de estructura electoral que se viene repitiendo en todas las elecciones nacionales y departamentales donde hay una pérdida relativa de votación del Frente Amplio.

¿Cuáles van a ser los ejes que va a impulsar?

Como lema general, estoy tratando de transmitir el mensaje de que Montevideo necesita otro gobierno frenteamplista porque me parece que, después de 35 años, uno de los riesgos grandes que tiene el Frente Amplio ya como fuerza política, no estoy hablando de la intendencia, estoy hablando del proyecto político del Frente Amplio, es que siendo una mayoría social, política y cultural en Montevideo, el voto se dé por inercia, casi por una cuestión naturalizada, que no es posible que sólo porque se presenta el Frente Amplio la gente lo va a acompañar.

Yo sentiría que estamos agotando el crédito que nos dio la gente. Las últimas encuestas dan que el Frente tiene una holgura importante, que tiene una distancia con respecto a la coalición, que probablemente tenga una mayoría absoluta. Bueno, esto puede ocurrir en 2025, pero si no presentamos una propuesta potente, una propuesta que represente un proyecto político renovador, de cambio, que es la esencia de la izquierda en 2030, ¿con qué cara le vamos a pedir a la gente que nos vote de vuelta? Ese crédito se va a agotar un día.

Tiene razón la gente cuando reclama por el tema de la limpieza de la ciudad; lo resolvimos, se nos devolvió una respuesta negativa en la Junta cuando pedimos un préstamo para renovar el sistema, para adquirir más camiones, adquirir más contenedores y no se nos dieron los votos y no tuvimos los recursos. Está bien, hay explicaciones, pero con esas explicaciones no vamos a ir a hablarle a la gente.

Yo voy a plantear, y creo que el Frente Amplio va a plantear, realmente una transformación radical del sistema de recolección de residuos, que implica recolección, clasificación en origen, disposición final, valorización de residuos; un cambio sustantivo. Está bien, se hicieron muchas cosas, pero se está reclamando un cambio y hay que, en el próximo período, aunque nos tome los cinco años, implementar un cambio sustantivo en el sistema de recolección de residuos, sacar la basura de la calle, modificar todo el sistema de cabo a rabo, como dijo Yamandú Orsi: la acumulación positiva, no refundacional, pero en el marco de esa acumulación positiva, un nuevo sistema de gestión de los residuos sólidos urbanos, claramente.

Otro proyecto emblemático que voy a presentar es el tema de las veredas. Si bien hay una problemática general de movilidad y de tránsito, tenemos que defender la ciudad de los peatones. Y para defender la ciudad de los peatones, la materialidad y la seguridad es fundamental. Y ahí tenemos dos variantes: la ciudad que ya tiene veredas y que están en muy mal estado, ahí hay una estrategia específica para la recuperación de esas veredas; y después la otra, la ciudad que está más allá de los barrios centrales y pericentrales y costeros, que ni siquiera tiene lugares para que la gente transite caminando y los caminantes van junto a los vehículos. La gente tiene que tener dignidad en su barrio. Y la vereda es algo que parece tonto, que parece mínimo, pero cambia lo que es un barrio donde tenemos la cuneta y la calle, a un lugar donde la gente puede usar el espacio público.

Tercer proyecto o tercer lineamiento es el tema de la población en situación de calle. Esto es hoy parte del paisaje de la ciudad y es fuente, en parte, de mucho malestar de la ciudadanía, también por haber naturalizado eso como parte del paisaje humano y el paisaje visual, no sólo del Centro y el Cordón, como fue originalmente, sino prácticamente en toda la ciudad. Evidentemente, este es un problema que también se extendió a Canelones y otros departamentos y ciudades, y que también plantea como una doble vulneración de derechos. Primero que nada, la vulneración de los derechos de esa población, que creo que, éticamente, como fuerza política de izquierda, no la podemos dejar en un segundo plano, hay que poner en el centro la vida de esas personas. Es un problema difícil, es un problema multifactorial y la Intendencia puede ayudar mucho en alianza con el Mides, en alianza con otros organismos del Poder Ejecutivo, con la Junta de Drogas, con la Dinali; y la otra cara de esta realidad es también el derecho de toda la ciudadanía de usar el espacio público. No puede haber campamentos en los parques y en las plazas, no puede haber vecinos que sientan sus derechos vulnerados, porque también se ocupa un espacio donde hay un pequeño comercio. Entonces creo que, atendiendo las dos realidades, tiene que ser un proyecto central del próximo gobierno frenteamplista de Montevideo.

Siguiendo con esta línea de trabajo, hay otro que me gustaría disociarlo del anterior, que es el tema convivencia y seguridad. Cuando se hace análisis de muchas empresas que hacen mediciones de opinión pública, incluso cuando se pide opinión sobre temas departamentales, aparece en primer lugar la seguridad, en segundo lugar la limpieza, en tercer lugar la situación de calle. Entonces, ¿ qué pasa con el tema de la seguridad?

Hay que atacar las consecuencias, pero también hay que atacar las causas. Yo le tengo mucha confianza al equipo del nuevo Ministerio del Interior, pero no lo va a resolver solo. También aquí tenemos una alianza del Ministerio Interior, del Mides volviendo al territorio y de la Intendencia trabajando juntos, como se trabajó. Para mí hay un modelo que no tuvo su total desarrollo, pero es un modelo muy válido, que es el de la Cuenca Casavalle. Ahí hay un Consejo de la Cuenca Casavalle que se creó en la época de Ricardo Ehrlich, donde se creó un espacio interinstitucional donde también participa la sociedad civil. El Gobierno nacional tiene que volver a esas mesas de seguridad, de convivencia, locales, barriales, y obviamente es una labor muy compleja porque la violencia está instalada y hay que volver a regenerar los vínculos, el trabajo local, porque no es solamente un tema de la red de narcotráfico o de los grupos delictivos organizados, también en las relaciones vecinales hay mucha violencia.

Hay servicios que la Intendencia presta que son fundamentales, el alumbrado es parte de la seguridad, asegurar a las mujeres trabajadoras que tienen que salir de madrugada o que tienen que llegar tarde en la noche en invierno a sus casas y que de repente tienen que hacer un circuito más largo porque no atraviesan algunos lugares o porque no hay iluminación, no hay pavimento, esas son tareas de la Intendencia y se detectan esas necesidades a nivel local con la interacción con los vecinos, con las organizaciones que los representan y con las otras instituciones, con la Policía Comunitaria que vuelve a estar presente.

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Adeom denunció agresiones a funcionarios en la Criolla del Prado.

Adeom denunció agresiones a funcionarios en la Criolla del Prado.

Hoy hablábamos de la participación, qué rol deberían cumplir los trabajadores municipales?

Son fundamentales. Yo me voy a reunir también con Adeom. Yo creo que una de las grandes virtudes y logros de este último periodo fue obtener un nivel de armonía entre el gremio y el Ejecutivo comunal, y me parece que es muy importante tener un vínculo positivo y de cooperación con el gremio y con el resto de los trabajadores; una de las cosas espectaculares que hizo y que hay que sacarle el mayor provecho posible es fortalecer los servicios con gente formada, capacitada y comprometida a través de los llamados a concurso, a través de las promociones. Hoy la Intendencia tiene un capital técnico que no tiene ninguna otra institución del país, en todas las ingenierías, en arquitectura y en urbanismo, en el área social, en el área de la salud, en el área que tú quieras; tenemos funcionarios de primer nivel con niveles de capacitación muy importantes y muy comprometidos con la tarea. Entonces, también apostar al compromiso de esas funcionarias y funcionarios es importantísimo.

¿Algún comentario sobre el sistema metropolitano de transporte?

Hoy hablé de la movilidad activa, de los que caminan, de quienes usan la bicicleta. Me parece que eso hay que promoverlo para ciertos tipos de viajes, para la cotidianeidad. Pero sí tenemos un tema pendiente, porque hay un problema de coordinación, hay un problema de diseño, que es, primero, los montevideanos no tienen el servicio de transporte que están demandando. Temas de tiempo, de confort, de circuitos, recorridos. Pero, además, Montevideo es una gran ciudad metropolitana. El Montevideo real es el Montevideo funcional que llega por lo menos hasta Juanicó, en la línea norte-sur; hasta Playa Pascual, si uno mira San José; hasta Toledo, hasta Empalme Olmos y hasta El Pinar. Esos son los brazos metropolitanos. Pero además tenemos montevideanos durante el día. Es decir, muchos de los canarios o de los residentes en San José habitan Montevideo de lunes a viernes durante una parte importante de su vida y llegan a Montevideo. ¿Cómo llegan? En vehículos individuales o en transporte, que también tiene problemas. Entonces, como dijo con palabras contundentes Lucía Etcheverry (ministra de Transporte), revolucionar el sistema de transporte es una cuestión central para toda esa gente.

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