No obstante, lo que parecía una inversión en la modernización de la flota aérea de Uruguay se ha convertido en un capítulo problemático. El avión que permanece en reparación en Portugal fue enviado a un taller especializado, que ya había trabajado con los aparatos cuando pertenecían a la flota militar española. Sin embargo, según explicó el actual ministro de Defensa, Armando Castaigndebat, la empresa encargada de las reparaciones enfrenta “problemas internos”, lo que ha retrasado la entrega. Al cierre de 2024, aún no hay una fecha estimada para el retorno del avión a Uruguay.
Utilidad cuestionada: los fracasos de los Hércules
La compra de los dos Hércules se presentó como una solución para diversas necesidades logísticas del país, sin embargo, la realidad ha mostrado pocos logros concretos. En agosto de 2021, uno de los aviones fue utilizado para trasladar al país los ultrafreezers necesarios para conservar las vacunas contra el COVID-19 a temperaturas extremadamente bajas. Sin embargo, la farmacéutica Pfizer informó semanas después que no era necesario mantener los medicamentos a tan baja temperatura, lo que resultó en un uso innecesario del avión.
En julio de 2022, otro de los Hércules sufrió un percance cuando quedó varado en el aeropuerto de Artigas debido a fallos técnicos. Además, durante la crisis del agua en el país, los aviones tampoco fueron utilizados. La planta desalinizadora de agua, que debía ser transportada, no pudo ser cargada en la bodega del Hércules debido a una diferencia de 15 centímetros, lo que obligó a su traslado por vía marítima en plena sequía.
Costos de mantenimiento elevados
Los Hércules requieren un mantenimiento constante y costoso. Cada aeronave necesita revisiones anuales que implican un gasto de 200.000 dólares. Además, cada nueve meses se deben realizar inspecciones mayores fuera del país, con un costo de alrededor de 2 millones de dólares, sin contar los imprevistos que puedan surgir en el proceso.
La falta de resultados tangibles y los elevados costos de mantenimiento han generado cuestionamientos sobre la eficiencia de esta compra. En su momento, Javier García defendió la adquisición de los Hércules comparándolos con el avión multipropósito adquirido durante la administración de Tabaré Vázquez mediante leasing, pero a tres años de la compra, los resultados son escasos y las críticas continúan.