A su entender, durante la gestión anterior hubo una “utilización política” de la empresa: “Se manejó muchas veces como un trampolín político. Parte del directorio se sacaba fotos en todas las inauguraciones. Fue una terrajada lo que hicieron”.
Otras dificultades
Otro de los puntos críticos de su evaluación fue el debilitamiento de los espacios de negociación colectiva, que, según dijo, se vieron deteriorados en el período. “Estamos esperando la convocatoria para reinstalar esos ámbitos, que fueron muy afectados”, indicó. También denunció el impulso de un “sindicato amarillo” de mandos medios y gerentes, promovido —según sus palabras— desde el directorio anterior.
Castelgrande también hizo referencia al impacto negativo del Decreto 242, emitido por el Ministerio de Industria de la pasada administración. “Ese decreto afecta directamente a UTE y a los usuarios residenciales, mientras beneficia a grandes empresarios de la energía”, criticó.
El dirigente explicó que la normativa mencionada permite que generadores privados le vendan energía directamente a los grandes consumidores, como las multinacionales, desplazando a UTE del mercado corporativo. “Empresas como Coca-Cola ya no le compran a UTE. Hoy buscan energía en el mercado donde esta es barata, porque se genera con fuentes renovables a costos casi cero. Pero ese beneficio no llega ni al pequeño comerciante ni a las pymes. La fiesta la vamos a pagar los usuarios residenciales”, sentenció.
Por otro lado, como uno de los logros del quinquenio anterior, Castelgrande destacó una reciente inversión pública en energía fotovoltaica cerca de Punta del Tigre, un tipo de generación en el que UTE no tenía participación hasta el momento. La planta aportará 70 megavatios al sistema.