El segundo sector en impacto fue el de productos farmacéuticos y sustancias químicas medicinales, con un crecimiento del 12,86 %, lo que aportó 0,73 puntos porcentuales al índice global. Este sector es fundamental para el país en tiempos recientes, dado su rol estratégico en la salud y su alto valor agregado, que impulsa una mayor sofisticación industrial.
Finalmente, el área de elaboración de aceites y grasas de origen vegetal y animal mostró un crecimiento asombroso del 27,11 %, que aportó 0,30 puntos porcentuales al índice industrial. Este desempeño refleja una demanda sostenida tanto nacional como internacional, que beneficia especialmente a las industrias de alimentos y productos de consumo masivo.
Los sectores en retroceso
A pesar de los avances en algunas ramas, otras continúan siendo un lastre para el crecimiento del IVF. La producción de comidas y platos preparados, que incluye grandes empresas como Pepsico, experimentó una baja del 6,47 %, restando 1,00 punto porcentual al índice. Las razones detrás de esta caída podrían estar vinculadas a cambios en los patrones de consumo, alzas en costos de insumos y factores logísticos.
Otro sector en declive es el de fabricación de vehículos automotores, remolques y semirremolques, que sufrió una fuerte contracción del 27,53 %, afectando el índice en -0,95 puntos. Esta caída refleja la compleja situación del mercado automotor, tanto a nivel nacional como global, marcado por una menor demanda y una lenta recuperación en comparación con otros sectores.
Por su parte, la producción de aguas embotelladas y bebidas no alcohólicas también enfrenta un periodo de contracción, con una disminución del 17,7 % que restó 0,52 puntos al índice global. La industria de bebidas enfrenta desafíos relacionados con el cambio en las preferencias de consumo, la competencia de productos más naturales o locales, y, posiblemente, factores climáticos que influyen en la producción.
Empleo y horas trabajadas
En cuanto al empleo, el Índice de Personal Ocupado (IPO) y el Índice de Horas Trabajadas (IHT) reflejan una tendencia a la baja, con caídas del 3 % y 2,4 % respectivamente, en comparación con agosto de 2019. Estos datos subrayan que la reactivación de la industria aún no se traduce en una mayor demanda de mano de obra, especialmente en las áreas de bajo rendimiento. Esta situación podría estar vinculada a un proceso de automatización y optimización de recursos, así como a los efectos rezagados de la pandemia en ciertos rubros.
Desempeño acumulado en el año y comparación regional
En el acumulado de 2024, el desempeño de la industria manufacturera uruguaya presenta un panorama mixto. El sector manufacturero sin refinería logró un crecimiento acumulado del 2,9 %, mientras que el núcleo duro industrial se mantuvo estable. Al comparar el rendimiento de Uruguay con sus vecinos regionales, el índice revela una recuperación del 17,9 % frente a 2019, similar al 18,7 % de Brasil, pero muy por encima de Argentina, donde el crecimiento acumulado fue de apenas el 2,4 %.
Este contexto regional refleja la complejidad de la recuperación económica pospandemia y la competencia dentro del Mercosur, donde las variables macroeconómicas y políticas internas tienen un peso importante en la estabilidad industrial. En Argentina, por ejemplo, el índice de producción manufacturera (IPI) cayó un 6,9 % en agosto respecto al mismo mes de 2023, mientras que en Brasil aumentó un 1,7 % en el mismo período.
A pesar de los avances visibles en ciertas ramas, como la celulosa y los productos farmacéuticos, el desafío más grande para la industria manufacturera uruguaya sigue siendo el equilibrio. Sectores de consumo básico, como alimentos y bebidas, junto con la industria automotriz, necesitan políticas de incentivo y una adaptación a las nuevas tendencias de consumo y tecnología.
